Me gusta conducir (es broma)

No hace ni una semana que me he sacado el permiso de conducir y ya odio los coches. Resulta que teníamos el coche viejo sin batería debido a que algún despistado (ejem, ejem!) se dejó el contacto puesto y se descargó.

Primero intentamos arrancarlo empujando. Al principio yo solo. Luego tuve que recurrir a colegas para que nos ayudasen a empujar. Vaya puto infierno. El que inventó eso de empujar para arrancar los coches era un hijo de puta. Finalmente desistimos y se decidió que lo más aconsejable era comprar unas pinzas para hacer un bypass con el coche nuevo.

Compré las pinzas y por la mañana temprano nos pusimos a la tarea. Mi hermano consiguió arrancar el coche a la primera sin demasiado esfuerzo. Como todavía recela de mis aptitudes al volante, decidió darse él solo una vuelta para que se cargase la batería.

Ya me estaba pareciendo a mí que tardaba demasiado cuando llega con la camiseta llena de sudor y jadeante. El coche se le había calado y le había dejado tirado, como finamente decimos por aquí, a tomar por culo. Como los dos teníamos compromisos ineludibles, dejamos el segundo asalto para por la tarde.

Nos vamos con el coche nuevo a la zona cero y procedemos a la maniobra de colocado de las pinzas. Eso de las pinzas al final resulta que es más doloroso que colocarse unas idem en los pezones. El coche no arrancaba ni patrás... cuando nos aburrimos de intentarlo, fuimos a comprar una batería al Carreful. Esta vez no estábamos para coñas con la cajera, entre otras cosas, porque era un cajero.

Llevamos la batería nueva al coche viejo y conseguimos que arranque. Para volver a casa yo cojo el coche nuevo. Joder, ¡qué gusto, qué suavidad de pedales, qué maravilla de dirección asistida, qué reprís en cuanto pisas el acelerador...! total, que aparcamos en frente de casa y nos ponemos a hacer un poco de tuning... ¡Dimitri, pásame el kalashnikov!

No os preocupéis, no era nada serio. Es que el pomo de las marchas estaba un poco roto, resecado de tantas horas expuesto al implacable sol y había comprado uno con lucecitas para reemplazarlo. Antes de ponerme a hacer el burro consulto un poco por internet y me encuentro con esto: Cómo quitar el pomo de un peugeot... todo eso es mentira cochina, al final me tuve que poner a hacer el burro, con una sierra, una lima, un martillo y un cincel.

Cuando ya tuvimos la mini-discoteca portátil en la palanca de cambios salimos a dar otra vuelta para asegurarnos de que el coche se movía. Después de un rato le digo a mi hermano que me deje a mí, que ya estoy en racha. Me fijo en que la salida del escape tiene una tonalidad blanquecina... como todavía tengo fresco el teórico le digo a mi hermano que posiblemente esté quemando aceite. Por suerte nuestra casa ya estaba cerca.

Llego y aparco el coche. Nos bajamos y nos aterroriza una enorme mancha de aceite en el suelo, que ha sido precedida por un goteo de densidad inversamente proporcional a la velocidad con la que me aproximé. Ese puto buga chorreaba más aceite que toda la cabalgata del Orgullo Gay junta.

Manda cojones. Todavía no tengo ni el carné y ya se me ha jodido el coche. Hale, a gastarme dinero... creo que al final estoy mejor con el abono transportes. Y además es más ecológico.