Llego un poco tarde a publicar sobre esto, y me jode porque los recientes acontecimientos confirman lo que tenía en borrador... Pero bueno, como aquí nunca nos ha caracterizado la inmediatez, vamos a hablar sobre los perfiles de los intrémidos marineros de la flotilla basurilla que hace unas semanas partió a "romper el bloqueo de Israel en Gaza".
El Perroflauta
El auténtico clásico de las manifas. Se encuentra tan cómodo tocando la flauta en el parque con su perro, como corriendo delante de la policia, a la que se refiere con cierta nostaglia como los grises.
Su principal motivación es que se lo pasa bien. Le gusta el subidón de adrenalina que da reventar el mobiliario urbano, una buena persecución, o pegarse con la policía.
En tierra se desenvuelven como pez en el agua, pero parece que en el agua se desenvuelven como pez en tierra.
El Pijiprogre
Son la generación que surgió de la combinación de padres currantes y de izquierdas que, en tiempos de bonanza económica, le dieron a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron sin darse cuenta de que al mismo tiempo les privaban de lo más importante: carácter.
Han oído hablar de la lucha de clases, pero contra lo único que han tenido que luchar es contra la crisis existencial que produce no tener preocupaciones reales en la vida.
Buscan causas perdidas que defender para intentar rellenar el vacío que sienten por dentro, o por validación de su círculo social.
El Activista Profesional
Quizá el fenómeno más reciente, o al menos acentuado con la globalización y el auge de las redes sociales. Son auténticos mercenarios, que ofrecen sus servicios a la causa que mejor pague.
Mientras el perroflauta lo hace por diversión y el pijiprogre incluso pone de su bolsillo (o el de sus padres) por contribuir a las causas, el profesional se dedica al activismo y mágicamente crece su patrimonio.
Su pesadilla es que se alcance el objetivo por el que "lucha"1. Por eso les verás siempre haciendo ruido, pero de la manera más ineficaz y polarizante posible.
Todos aquellos a los que conocemos sobradamente porque aprovechan cualquier oportunidad para chupar cámara, son inequívocamente profesionales.
Greta Thunberg, Ada Colau, la "Barbie Gaza"... Todos sacan un beneficio personal del activismo, ya sea para tener influencia política, followers que monetizar en redes sociales, etc.
En cuanto a la flotilla en sí, parece probado que Hamás puso la pasta. No sé si a alguien le sorprendería que los cabecillas también estuvieran "incentivados" de algún modo.
Aquí he de hacer un inciso para matizar algo sobre mi artículo anterior sobre Charlie Kirk. Dije que no respetaba sus cambios de opinión ni su fundamentalismo religioso, pero es justo añadir a la lista que él también amasó una pequeña fortuna de unos 12 millones de dólares haciendo activismo.
En cualquier caso: sigue al dinero y encontrarás al culpable.
[1] Esto lo escribía antes de que se anunciase el acuerdo de paz, y parece que efectivamente, o hay reacciones negativas como las de Ada Colau, o silencio. ¿Deberían alegrarse, no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario