lunes, diciembre 26, 2005

los peores trabajos del mundo

Todos sabemos aquí que el mejor trabajo del mundo es el de metrero (seguido por el de mamporrero), es el oficio con el que soñábamos de niños y lo seguimos haciendo de mayores.

Menos son las veces en las que nos paramos a pensar en cuáles son los trabajos que por nada del mundo nos gustaría realizar. Aquí pongo mi lista personal:
  • Limpiador de platós de películas porno.
  • Probador de termómetros rectales (esto sale en un chiste, pero es cierto...).
  • Butanero gay (con el culo roto a ver quién sigue subiendo y bajando bombonas).
  • Informático gay (con el culo roto a ver quién se tira todo el día sentado).
  • Chupador/a de felódromo (ver post del fabrik).
Así que si no sabéis qué pedir a los Reyes Magos, podéis pedir que no os toque un trabajo de esos...

lunes, diciembre 19, 2005

por qué me joden las religiones

¿Qué pensarías si te dijese que adoro a los espíritus del bosque y que por las noches salgo corriendo en pelotas entre los árboles aullando a la luna llena?

Seguramente que soy un gilipollas o que estoy loco.

¿Qué pasaría si millones de personas hiciesen lo mismo?

Entonces la cosa cambia, ya no somos locos, sino creyentes que seguimos una liturgia.

Pues bien, desde la posición privilegiada que me da mi retrete (suelo leer el Alonso-Finn mientras estoy jiñando), el número de los locos y los gilipollas no me engaña. El bosque no me tapa los árboles. Siguen siendo locos y gilipollas. Los que actúan guiados por la "fe" en lugar de por la razón no se merecen otro apelativo.

Hasta ahí se entendería que sintiese lástima por ellos o incluso que los despreciase y me mofase (si fuese una persona cruel, que no sé si será el caso)... pero el caso es que me joden.

Ahora vamos al quid de la cuestión. Si esa gente, seguidora de las más variopintas religiones, dejase sus primitivos e irracionales cultos en sus casas, a mí no me molestarían, pero la cosa no se queda ahí.

En los paises civilizados (ahora mismo empiezo a dudar de que haya alguno), las religiones inlfuyen "moderadamente" en la política (bueno, España parece que es la excepción, aquí parece que la Iglesia Católica es un partido político más, en plan filial del PP... como les hacen campaña, incluso en la jornada de reflexión, y los curas van a las manifas que montan...) y sobre todo se interponen en el avance científico.

A mí, como habitante del primer mundo, esa es la parte que más me afecta y más me cabrea. La Ciencia ("se podían sentir las mayúsculas al pronunciarlo") arroja luz sobre las tinieblas de la humanidad. El conocimiento hace libres a las personas. Y eso no interesa. Se necesita tener a la gente temerosa, en la oscuridad eterna, sintiendo miedo ante la muerte, ante el "más allá", ante el castigo eterno... para ser esclavos de una oligarquía acomodada, ciega de poder.

Pero en el tercer mundo, donde la sociedad no ha evolucionado mucho desde la Edad Media, donde no se respetan las reglas del juego (los derechos humanos), la cosa se vuelve aún más drástica. Ahí nadie tiene la oportunidad de escaparse del yugo de la religión. Se vive y se muere por ella. Eso me molesta, aunque no pasa del "oh, pobrecitos" mientras veo la televisión durante el almuerzo antes de dar el siguiente bocado. El problema llega cuando mi amada civilización occidental se ve salpicada por el fanatismo de esa panda de hijos de puta.

Y ésta es, queridos niños, la explicación de por qué me joden las religiones.

jueves, diciembre 15, 2005

el futuro está en los niños (creo que es la segunda vez que pongo este título)

-Niiiiiiiiiñoooooooos... futuuuuuuuuuuuurooooooooooooo...
-Nunca en la vida había necesitado una cerveza tanto como ahora.

Hoy durante la comida, zapeando por esos canales estrafalarios que hay en cuanto pasas del 6 en el mando a distancia, no me encontré con lo de siempre. Lo habitual es encontrarse porno y anuncios, pero justo he pillado la Santa Misa en el TMT (que es a la televisión lo que la COPE a la radio).

Me ha sentado de puta madre la comida mientras veía que en la misa sólo había una docena de viejas que... ¡¡¡se estaban quedando dormidas!!! He disfrutado con cada cucharada, paladeando el sabor de la victoria, sabiendo que esa institución tiene los días contados.

Lo que me fastidia es que cuando cambio de canal, veo que cada vez hay más musulmanes (y encima radicales)... y si hay algo que me jode más que los católicos, son ellos (ah, y los judíos).

miércoles, diciembre 14, 2005

algunas paradojas callejeras

1


Delante de un puesto de libros, mi novia (venga, sí, voy a presumir de novia) me señaló que le habían regalado uno de esos que se llaman "de autoayuda". Siempre me han hecho gracia. Se supone que te lo de la autoayuda es ayudarse a uno mismo... siguiendo los consejos que algún otro ha escrito en un libro. Aquí va mi pequeño manual de autoayuda para los tiempos modernos:
No hagas caso a los manuales de autoayuda.
Espero que sigáis bien ese consejo.

2


Camino del metro, iba comentándole al físico que había cometido dos pifias, pero de hecho habían sido tres. Por lo que corregí y dije: "perdón, tres pifias... no, al haberme confundido ya han sido cuatro, espera, con esta son cin... seis. Mierda, ahora ya no son seis. Ahora sí. Pues tampoco."

3


A algunas personas, la felicidad les causa infelicidad e intentan arreglarlo causando más infelicidad... "como porque soy infeliz, y soy infeliz porque como..." no, en serio, si se supone que quieres a una persona, no debería joderte verla feliz y contenta. Eso no es amor, es egoismo y ser un poco hijo de puta.

lunes, diciembre 12, 2005

¿cuántos momentos caben en una caja?

Cualquiera que haya leido a Proust sabe de lo que es capaz un simple bollo. Bien, yo no he leido a Proust, pero he visto Transporter, que para el caso es lo mismo.

Cuando abrí el cajón, sólo vi un montón de papeles y trastos viejos desordenados. Los volqué sobre la cama y estuve inspeccionándolos por encima. Ahí estaban todos los cupones del abono-transportes... tenía algunos más en la cartera, así que fui a por ellos para colocarlos junto a los demás. Limpié la mesa y los fui separando por años, en total había 6 montoncitos, desde el año 2000 hasta el 2005. Luego los ordené por meses y me di cuenta de que faltaban algunos... intenté recordar qué había sido de ellos... quizá los tiré, los perdí o puede que ni siquiera los hubiese sacado. Quité la goma que sujetaba las pilas de repuesto del walkman y la enrollé alrededor de el taquito de tickets.

Volví a la cama. Lo siguiente sobre lo que recayó mi mirada fueron las entradas de los conciertos. Ahí estaba la mi primer concierto de rock, en la Cubierta de Leganés, tocaban Los Porretas, Reincidentes y como teloneros Flitter, que al final los cambiaron por Skunk DF. El siguiente concierto del que guardo la entrada es el de The Offspring, también en Leganés. De ese incluso recuerdo la fecha exacta, 11-2-2001, porque coincidía con el cumpleaños de la chica que me gustaba. Luego hay algunos más recientes, como el Vomistar Pasiva Noise, en el que tocaron Dover, Weezer y The Cranberries o el de Linkin Park (esos dos en la Cubierta de Vistalegre).

El siguiente grupo de objetos eran acreditaciones varias. De varios SIMO, en los que para acceder como profesional me inventaba las empresas, del CUPCAM, del I Congreso Javahispano, de las Jornadas de la Delegación de Estudiantes (ahí no tengo la mía, porque la intercambié con una chica de Estadística)...

Ahí estaban también los carnés de la biblioteca del Centro Cultural Fernando de los Ríos, ya caducados... junto a la tarjeta del gimnasio y algunos carnés de la universidad caducados. Los metí todos juntos en un porta-tarjetas.

Encontré también un surtido de billetes de autobús y de avión. Los agrupé por viaje, con el resto de panfletos y recibos. Ahí estaban el viaje de ecuador a Tenerife, el de Mallorca y el de Londres. En el de Londres hay un sólo billete de autobús, que utilicé a la española durante toda la semana, también está la tarjeta y la factura del antro en el que nos alojamos, además de un plano del metro, algún folleto de información turística y unas cuantas libras que sobraron.

Había algunas entradas de cine, de películas señaladas, como The Matrix. No me paré a revisarlas todas.

Necesitaba un sobre o una caja para ir guardando separadas las cosas, así que fui al salón a ver qué encontraba. Sobre la estantería, varias cajas metálicas de bombones, de puros, de cava... estaban colocadas de modo decorativo. Cogí una, de bombones de la caja roja. A juzgar por el peso, estaba bastante llena. La abrí. Dentro había varios relojes de pulsera. Todos estaban parados ya. Bonita metáfora.

Volví a mi habitación, cogí un par de cajas vacías de componentes de ordenador y guardé en ellas mis tesoros. Los necesitaré cuando sea mayor y no pueda viajar, ni ir a conciertos... ahora voy a intentar llenar muchas cajas más.

Los recuerdos siempre estarán ahí, sólo hace falta saborear el bollo correcto o abrir la caja adecuada para que afluyan.

lunes, diciembre 05, 2005

Villancicos

Ahora mismo me estoy planteando una seria duda... ¿saben los niños pequeños cuál es el motivo de las fiestas navideñas? Tengo ganas de hacer el experimento. Pillar por banda a unos mocosos y decirles "hey, chavalotes, ¿sabéis qué se celebra en la Navidad?"

Últimamente menosprecio mucho a la juventud (son las cosas de hacerse mayor), pero intuyo que aquí podrían dar la respuesta mucho más acertadamente que los mayores: "claro, el aniversario de la creación de El Corte Inglés" ó "la invención de la Coca-Cola".

Cuando era pequeño, las navidades me emocionaban y me llenaban de ilusión. Cuando fui adolescente, me ponían triste o apático porque veía mucha hipocresía en el ambiente. Estas navidades hasta el momento no me han producido ningún tipo de emoción. Será que todavía no he escuchado ningún villancico; cuando llegue el momento lo comprobaremos.

El motivo principal por el que venía yo aquí hoy, era porque estando en la ducha me he acordado de una bonita canción que cantaba con mis amigos cuando era pequeño y que siempre he pensado que uno de los cometidos de Internet (además de la comunicación) es el de preservar la cultura. Así que aquí la dejo para que la cantéis en lugar de los aburridos villancicos de siempre estas navidades:
En la selva tropical había un gigante
que quería dar por culo a un elefante.
El elefante, que no era del oficio,
con la trompa se tapaba el orificio.
Los leones, que no eran maricones,
con espigas se rascaban los cojones.
Las hormigas, que no eran gilipollas,
se pegaban pellizquitos en la polla.
El capitán de las Islas Baleares
con la polla hacía juegos malabares.
Hale, ahí está, a ver si suena mucho estas navidades.

Ah, también tenéis una colección nada despreciable de rimas urbanas para comernos las bananas en la siguiente dirección: http://llorandopalabras.blogspot.com/