viernes, octubre 26, 2018

Creo que me he vuelto facha (vol VII): conclusión

Me empiezo a aburrir de esta serie, así que voy ir zanjándolo: El principal motivo de que me haya vuelto "facha" es la izquierda.

La izquierda era una ideología de trabajadores. Hoy en día es una ideología de vagos y advenedizos – han confundido el control (justo) de los medios de producción con la sopa boba.

La izquierda era antireligiosa. Hoy es anticristiana y flirtea con fanáticos de otros cultos – cultos que entran en contradicción directa con los derechos humanos.

La izquierda era internacionalista. Hoy busca levantar nuevas fronteras y la creación de nuevos estados – a expensas de España.

La izquierda se basaba en que todos éramos iguales. Hoy te machaca si eres hombre y blanco – independientemente de si has nacido en un entorno desfavorecido y la vida te ha tratado como una mierda.

Lo que no ha sido nunca la izquierda es fraternal. Nunca se es lo suficientemente progresista como para estar a salvo de la eterna caza de brujas.

La cuestión es que no tengo ningún problema con lo que se suponía que era la izquierda. Pero sí tengo un problema con la gente que predica desde una falsa posición de superioridad moral, con los que dicen una cosa y hacen la contraria. No son lo suficientemente buenos como para representar ningún ideal noble.

Así que lo más honesto que puedo hacer es reconocer que yo tampoco podía ser de izquierdas.

jueves, octubre 18, 2018

Creo que me he vuelto facha (vol VI): la religión

Yo llevaba toda la vida pensando que para ser facha era un requisito ser religioso, pero ahora resulta que ser antireligioso también te puede hacer facha.

No pasa nada si criticas el judaismo, el cristianismo, o los cargo cults del pacífico, incluso puedes meterte con los buenazos de los budistas todo lo que quieras... Pero en cuanto se te ocurra hablar del Islam estás jodido.

¿Qué es lo que ha llevado al Islam a obtener ese estatus de privilegio entre la progresía? Supongo que es por contraposición, porque si a los fachas no les hace gracia, entonces tiene que ser algo bueno. Pues bien, queridos giliprogres: cuando el camarada Marx decía que la religión es el opio del pueblo no estaba refiriéndose exclusivamente a la religión cristiana, sino a cualquiera que ofrezca una ficción que te haga feliz mientras no te preocupas de los problemas del mundo real (es decir, todas excepto las que practican los seguidores de Chtulhu y Nyarlathotep).

Resultan asquerosos los devaneos de "la izquierda" con el Islam, con prominentes líderes (que no nombraré porque se me cae el pelo, ya sabemos cómo funciona la libertad de expresión en España) felicitando el ramadán... Supongo que si el ayatolá suelta la mosca hay que tener algún gesto de vuelta.

Se empieza a cerrar el círculo cuando al criticar una religión te acusan de racista.

El Islam es un peligro para occidente, por un montón de motivos que no tienen nada que ver con el color de la piel de los que lo practican (que hay de todo, incluso paliduchos fascinados por lo exótico). Vamos a enumerar algunos:

1. El Islam no separa Iglesia y Estado. Esto ya debería ser suficiente para que cualquier persona que valore la libertad estuviese recelosa. La mayoría de los países en los que el Islam se ha impuesto como religión mayoritaria se han acabado convirtiendo en estados islámicos donde la Sharia es la ley por la que se han de regir todos los ciudadanos.

2. La identidad del musulmán antepone la religión a todo lo demás. Es decir, que un musulmán que ha nacido y vive en Francia se considerará musulmán antes que francés. Las implicaciones de eso son bastante siniestras: básicamente tienes ciudadanos dentro de tu país que son a todos los efectos agentes externos.

3. El Islam deja atado y bien atado que es la religión definitiva. No hay posibilidad alguna de revisión ni adecuación a los nuevos tiempos.

4. El islam tiene una misión proselitista global, en la que sólo puede haber paz cuando todo el mundo sea convertido al islam. Junto con el punto anterior esto significa que a largo plazo la coexistencia es imposible.

5. La apostasía está castigada con la muerte.

Esos cinco puntos resumen lo básico: es absolutismo y totalitarismo. Ni siquiera voy a entrar a valorar la discriminación de la mujer, la homofobia institucionalizada, el creacionismo...

Sí que voy a hacer una mención al yihadismo. La progresía siempre intenta desligar al "islam moderado" del fenómeno yihadista, pero eso es una falacia tremenda. Nadie nace con un chaleco explosivo puesto; es un proceso que va por pasos, y el primer paso es ser uno de los llamados "moderados".

Una vez que aceptas una ideología irracional como modo de vida, por muy bondadosa que pueda parecer en un principio, le has quitado el seguro a tu cerebro. Estás listo para asimilar cualquier mierda y es muy difícil cuestionar nada.

Los musulmanes moderados son como los antivacunas: puede que no les gusten los virus, pero contribuyen a que se extiendan.

¿Os habéis parado alguna vez a pensar cuál es la verdadera razón del ayuno durante el Ramadán?

Os copio y pego un párrafo del artículo de la wikipedia sobre el Lavado de Cerebro:
Otros apoyos empleados secularmente en el lavado de cerebro son el hambre y la privación de proteínas, que producen confusión y credulidad en la capacidad de raciocinio y la privación del sueño, que causa estrés y confusión.

Y ahí no están solos: en los campamentos cristianos y en los templos budistas también se hacen ayunos y vigilias. Es sólo que el Islam lo hace mejor y de manera más consistente.

También se repite mucho que en los atentados terroristas de islamistas también mueren musulmanes, así que no se puede culpar a los musulmanes de ello —Si eso os lo dice una neofeminista, recordadle que los hombres también matan sobre todo hombres (en un ratio de 9:1 con respecto a mujeres aprox.) y violan a otros hombres y eso no les impide catalogarnos a todos como asesinos y violadores en potencia de forma sistemática— pero lo importante es considerar cuál es la motivación.

Una falacia típica es decir que también hay cristianos que cometen atentados y que nadie acusa al cristianismo de ser el causante de los atentados. Pero no suele ser el caso en el que haya una motivación religiosa (quizá en los perpetrados por IRA, hay un matiz de catolicismo vs protestantismo tras la ocupación inglesa de irlanda), los cristianos no se suelen volar por los aires al grito de "¡Jesucristo es el mejor!". Al igual que nunca ningún ateo ha matado a nadie motivado por su ateismo.

Pero si se ha cometido un atentado por motivos religiosos, entonces sin duda la religión es responsable (en mayor o menor parte). Y esa responsabilidad se ha de extender a todos los miembros de la comunidad religiosa; ya que una religión sólo está viva en la medida de que hay gente que la profesa. Creo que a nadie le cuesta entender que, por ejemplo, la responsabilidad del Holocausto se extiende a todos los nazis y no sólo a los que operaban los campos de concentración.

No es tan difícil: si no estás de acuerdo con que se mate en nombre de tu religión, puedes borrarte de la religión. Ah, espera, que la apostasía estaba castigada con la muerte (y eso es algo que ni siquiera se avergüenzan de reconocer abiertamente los "moderados").

No sé vosotros, pero yo ya estoy un poco cansado de escuchar siempre la misma cantinela cuando sucede el enésimo caso aislado; en el último documental de La Sexta titulado 17-A El Origen del Mal (¿no había una película que se llamaba así?) llegan a la conclusión de que la solución es meter más imanes moderados en el país para que eduquen a los musulmanes en que no hay que matar a la gente que no piensa como tú. El problema que yo veo aquí es que, al igual que a político sólo se mete quien está interesado en robar, a imán sólo se mete quien es un fanático de cojones.

Bueno, lo voy a dejar aquí, antes de que me lancen una fatwa condenándome a muerte.

viernes, octubre 05, 2018

Creo que me he vuelto facha (vol V): el colectivo LGTBI

Este tema empalma un poco con el del feminismo, pero he preferido intercalar por no aburrir al personal. Vayamos ahora con las hipocresías propias del movimiento LGTBI... Seguramente para cuando le dé al botón de publicar, LGTBI será algo políticamente incorrecto porque falta alguna letra que haga referencia al último colectivo en subirse al carro de las etiquetas para todos.

Me resulta sorprendente que un colectivo cuyas reivindicaciones históricas parten de que han sido señalados, marginados y perseguidos tenga tanta pasión por clasificarse, catalogarse y etiquetarse. Parece que la aceptación y normalización no es suficiente si no estás llamando la atención constantemente sobre lo especial que eres.

¿Cuántas etiquetas harían falta para expresar toda la variedad? Pues siendo simplistas, al menos 27 (=33), ya que podríamos representar la sexualidad/género como un cubo en el que un eje representa cuál es nuestro género biológico (Hombre, Mujer, Otro), en otro eje cuál es el género con el que nos sentimos representados (Hombre, Mujer, Otro) y hacia qué género nos sentimos atraídos (Hombre, Mujer, Otro). Dije simplista porque muchos se van a enfadar en que "Otro" sea un saco donde pueden entrar muchas cosas, pero siéntase libre el lector de añadir tantos valores como desee, actualizando en consecuencia el número de etiquetas derivado. Si queremos rizar más el rizo, podríamos considerar que la atracción no depende únicamente del género atribuido, sino de la combinación del mismo con el biológico (es decir, puedo ser una biológicamente hombre, sentir que mi género es mujer y sentirme atraido por personas que biológicamente son mujeres, pero se sienten hombres); con lo cuál nos quedarían 81 tipos distintos (eso sin expandir todas las posibilidades que hay en "Otro").

Supongo que ya os habéis dado cuenta de que el tema de las etiquetas no escala bien. Para aquellos que estudiasteis Química en el colegio o el instituto, quizá os acordaréis de que había tres nomenclaturas distintas para referirse a los compuestos (tradicional, stock y sistemática). La nomenclatura tradicional es un tanto caótica, puesto que algunos compuestos (los más comunes) tienen nombres propios, mientras que el resto siguen unas reglas un tanto complicadas basadas en prefijos y sufijos (que eran relativos a las valencias de los átomos, que debías conocer para derivar la fórmula a partir del nombre del compuesto). La nomenclatura sistemática en cambio trata a todos por igual, cada átomo lleva un prefijo griego que indica en qué proporción se encuentra en el compuesto. (La nomenclatura de stock era un híbrido entre ambas y ha caído en desuso).

Está claro cuál era más popular entre los alumnos: la que seguía un patrón más regular en lugar de basarse en casos especiales.

Así que desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a la eliminación de las etiquetas de género. Porque son una simplificación arcaica (a pesar de que muchos de los nombres sean de acuñación reciente, es el concepto lo que es arcaico) y porque va en contra de la dignidad de las personas asumir que son su género o preferencia sexual (al igual que va en contra de la dignidad de las personas asumir que son su trabajo, color de piel o religión). Cuanto más cómodo sea referirse a alguien por una etiqueta más fácil es asumir que eso es lo único que les define.

Si a alguien le importa tanto la identidad sexual de otra persona lo suficiente como para que sea tema de conversación, podrían tomarse más de 10 segundos en ello en lugar de utilizar una burda etiqueta.

La gente podría pararse un poco a reflexionar sobre qué significa sentirse de un género que no es el tuyo de nacimiento. ¿Cómo puedes saber cómo se siente una mujer si naciste hombre? Incluso podemos ir más lejos ¿Cómo puedes saber cómo debe sentirse un hombre? Además existe suficiente variabilidad entre indivíduos como para que todo el tema de los "sentimientos estándar" sea completamente descabellado.



Las cosas unisex siempre me han parecido una gran idea, diferenciar líneas de productos por género cuando no hay diferencias funcionales es cuanto menos poco eficiente. Aunque he de reconocer que tengo una motivación egoísta, alguna vez he hecho el ridículo al entrar en el probador con unos pantalones de mujer... Pero me estoy desviando del tema.

Creo que todos hemos visto campañas de TV o radio en las que dicen que no existen juguetes para niños y para niñas, que es perfectamente normal que una niña juegue con un balón de fútbol y un niño con muñecas (todo correcto). Y supongo también recordaremos algún caso de niños de corta edad que son considerados transgénero "porque le gustaba más la ropa de niñas y jugar con muñecas". ¡Que se aclaren, por favor!

Ilustro con un caso bastante mediático, el de la primera Miss España transexual:

A raíz de este caso me he acordado de otro un poco más antiguo, el de la atleta Caster Semenya (juraría que ya escribí sobre esto en su día aquí, pero no lo encuentro):
Caster Semenya

Es un tema controvertido de cojones (no pun intended), porque aquí están contrapuestos los derechos de una persona que se considera a sí misma mujer pero no encaja al 100% con el fenotipo típico de una mujer (no quiero entrar en el juego de las etiquetas, porque los resultados de sus pruebas de género nunca se publicaron) y los de las mujeres cisgénero.

¿Quizá la solución sea eliminar las categorías de género en las competiciones? Sin duda sería lo más igualitario, aunque puede que no lo más justo: las mujeres se quejarían de que no pueden ganar contra los hombres en la mayoría de las pruebas. ¿Pero qué es realmente justo en el deporte? Los blancos casi nunca ganan pruebas de velocidad (como dato curioso, la última vez que un blanco ganó la medalla de oro en los 100m en unos JJOO fue en Moscú 1980, cuando los americanos hicieron boicot) y los negros casi nunca ganan en natación.

Desgraciadamente la competición y la equidad son incompatibles. La naturaleza es caprichosa cuando reparte los dones y para que haya vencedores tiene que haber vencidos. La única forma de no discriminar a nadie por haber sido menos agraciado en la lotería genética sería que todos estuviésemos en nuestra propia categoría, donde reinaríamos como campeones (y perdedores, ya que estaríamos solos) absolutos.

Sin embargo, eliminar la segregación de género sí que resuelve de forma igualitaria y justa otro problema que parece quitarle el sueño a mucha gente (sobre todo en EEUU): dónde podemos entrar a cagar y dónde no. Al fin y al cabo caga el rey y caga el papa, de eso nadie se escapa. Ya va siendo hora de que maduremos y no nos dé vergüenza que nos oiga gruñir mientras soltamos un zurullo una persona del sexo contrario.

La corrección política puede resultar molesta, pero cuando dicta cómo deben actuar los médicos es hasta peligroso. Hace poco la OMS ha eliminado la transexualidad de la lista de enfermedades mentales.

Supongo que es porque la palabra enfermedad conlleva cierto estigma. Pero la solución no es hacer malabares con el lenguaje, sino conseguir que la sociedad trate con respeto y dignidad a quienes padecen una afección de cualquier tipo. Porque al fin y al cabo, los transexuales normalmente van a seguir un tratamiento para resolver la disforia de género; y es un tanto hipócrita recibir un tratamiento (sobre todo cuando se trata de dinero público) si no te pasa nada malo.

Tampoco parece muy claro por qué para este tipo de trastornos la solución está en cambiar el cuerpo y no la mente. ¡Cuando una persona se cree que es Napoleón Bonaparte no le hacen la cirugía estética y le ponen a gobernar Francia!

Esto es injusto para las personas que no están a gusto con su cuerpo por cualquier otro motivo. Como no forman parte de un lobby, se tienen que aguantar siendo bajitos, calvos o feos; ahí la solución políticamente correcta es aprender a quererte a ti mismo (palabras bonitas para decir te jodes y bailas).

La explicación podría estar en que existe cierta aversión a la modificación de la personalidad, ya que se supone que es la característica que más nos define como individuos; y que a lo largo de la historia los regímenes absolutistas han empleado técnicas brutales en campos de reeducación para eliminar cualquier tipo de pensamiento disidente. Con esto, no es de extrañar que tenga mala fama.

Sin embargo, poca gente parece escandalizarse cuando la reeducación se nos aplica a gran escala. Me refiero a los nada sutiles cambios en los currículos escolares, a los mensajes publicitarios, a las editoriales de los mass media, a las subvenciones para el cine con carga ideológica... Y por último la modificación de la ley para castigar cualquier disidencia de pensamiento.

De hecho, vaticino que dentro de poco plantear cuestiones como estoy haciendo aquí será considerado un delito de odio. Incluso ahora mismo le chirriará a más de uno, en ese acaso animo a volver a leerlo todo con calma: verás que no estoy insultando ni menospreciando a nadie, ni llamando a la violencia; simplemente estoy señalando contradicciones y cuestionando por qué las aceptamos sin más.

Como reflexión final, creo que la ideología de género tiene como base en una gran parte una obsesión malsana en torno a los genitales; obsesión sobre qué forma tienen y qué hacemos con ellos. Se supone que el homo sapiens ha trascendido al siguiente nivel tras la evolución biológica: Disponemos de la cultura como medio de transmitir información de una generación a la posterior, y el sexo es principalmente un pasatiempo derivado de un mecanismo de recompensa vestigial.

Así que nos están vendiendo como progresista algo que realmente es una regresión al estado primitivo, donde la sexualidad es el único camino a la felicidad (en lugar del arte, la cultura y las relaciones basadas en la intelectualidad): Los roles de género son un arcaismo, y el movimiento LGTBI es una glorificación de los mismos.