Os voy a contar lo que le sucedió a un colega, cuya identidad no revelaré para preservar su dignidad y anonimato.
Mi amigo tenía un problema; no follaba. No pillaba cacho ni emborrachando a las pibas. Un certero análisis vino a revelar que la causa era que tenía mucha caspa. No es que el chaval saliese en El Tomate, sino que le llamaban del Xanadú cuando se quedaban sin nieve artificial. Así que se fue presto al Carrefúl a comprar el mejor champú anticaspa posible (tampoco diré la marca, no sea que me denuncien).
Al cabo de unos días parecía que la cosa se había solucionado, los hombros de mi colega estaban limpios como una patena, pero no sospechaba que igual de limpia se iba a quedar si cabeza. El champú era tan fuerte que le estaba jodiendo el cuero cabelludo y dejando la cocorota como a Constantino Romero, sin ni un pelo de tonto.
Como no se iba a quedar en cama para siempre, enfermo de alopecia, se lo tomó con ánimo y fue a buscar una solución para aquel nuevo problema. Acudió a la farmacia y le dispensaron un crecepelo en espray unas pastillas cojonudas para arreglar la perjudicación. Efectivamente, la perjudicación de la azotea se le quitó, pero eran medicamentos caros y potentes, así que pagó con un billete de 500€ y le dieron 10€ de vuelta. Luego los efectos secundarios le dieron otros 10€ de vuelta (es decir, que le salió talego y medio).
La cosa iba mejorando, ya tenía la cabeza limpia y melenuda, pero ahora tenía una tripa que no le hacía nada atractivo. Cargado de moral por los éxitos parciales anteriores, se dijo que a la tercera iría la vencida y se decidió a ir al gimnasio a ponerse en forma. Una vez allí, se convenció a sí mismo de que la solución definitiva sería ponerse cachas, así ninguna tía podría resistírsele.
Para aumentar la efectividad de su entrenamiento, se puso a tomar proteinas y pastillitas mágicas que le daban los nuevos amigos que hizo en el gimnasio... se puso hecho un auténtico bestia, con su pelo flamante y sus músculos se convirtió en el terror de las nenas.
Por desgracia, con tanto anabolizante se volvió impotente, así que sigue sin poder follar.
La pescadilla que se muerde la cola :D
ResponderEliminarPor cierto, huele muy mal eso de tengo un amigo... en este tipo de historias siempre son los amigos los protagonistas pero realmente encarnan a uno mismo :P
loretahur tu tranki, que en este caso se que este cabron se referia exactamente a mi . jajaja, intimist powah siempre.
ResponderEliminarJoder, vaya historia de terror, colega... esto no se lee un viernes, cagüentó........
ResponderEliminarVaya, suena a fabula postmoderna. Como las de "la bola de cristal".
ResponderEliminar* loretahur -> a mí cuando me sale caspa tomo una solución más radical: raparme la cabeza. Así no me preocupo ni por la caspa ni por el pelo.
ResponderEliminar* el usuario anónimo -> sí, figura, que se oyen por ahí rumores de que ya no mojas... xD INTIMIST POWAH!
* lek -> acojona bastante, sip, pero ya sabéis cuál es mi secreto para evitar estos problemas ;-P (un buen rapado a tiempo te puede mantener en la liga follaqueril algunos años más).
* morgote -> juas juas, ya veo que vas encaminado... manten ese cuerpo mahou con la altanería que te caracteriza y no necesitarás los esteroides ni el gimnasio ;-)
* pesso -> efectivamente, tiene algo de fábula, aunque sin moraleja... ahora que lo pienso, una fábula sin moraleja es una puta mierda de fábula. De la bola de cristal no me acuerdo, o era demasiado pequeño o ni siquiera había nacido xD