domingo, noviembre 26, 2006

La leyenda urbana del hámster

Erase una vez un par de maricones que decidieron usar el canuto del rollo de papel de cocina para metérselo por el culo y emplearlo como túnel sin peaje para que el hámster de ambos se diese un garbeo por el recto.

Esa historia, que es más vieja que el cagar (y que yo ya ilustré en una hoja al lado de unos "apuntes" de Sistemas Lineales... ahora que caigo, creo que todavía la tengo, qué bueno que es eso de guardar todas las cosas*), ha sido contada en numerosas ocasiones, atribuida a famosos, amigos de un vecino, etc. incluso nos la han contado con pelos y señales, bien aderezada para que nos echásemos unas risas**...

Pero lo más fuerte es que un gilipollas (perdón, un GILIPOLLAS) llame a la radio para contarlo como vivencia propia, y encima sin gracia ni salero ningunos. Yo no podía salir de mi asombro mientras iba conduciendo y el otro pringado relataba, con algún detalle de invención propia (el tubo de cartón ahora era de PVC, un gran avance), la trilladísima leyenda urbana que todos conocemos.

Todavía no sé qué es lo más increible, si que los presentadores no le dijesen "chaval, a otro con ese cuento, que ya nos la sabemos" ó que el tío se auto-humille él solito diciendo que le explotó un culo en la cara y que un roedor le rompió el tabique nasal (esto último no recuerdo si lo llegué a escuchar, cambié de cadena).

En fin, a lo que íbamos, que le echéis un ojo a las instrucciones de cómo meterse un ratón por el culo, que no tiene desperdicio (y de paso preguntaos cómo cojones aprobé la carrera con esos cacho de apuntes que tomaba).

*
**Raggot y su excursión por el ano de Kiki

1 comentario:

  1. Me acuerdo cuando lo dibujaste. Cuñaaaaaaaaaaaaao !!

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