jueves, abril 10, 2008

¡Estoy grandísimo!

Madre mía, el ritmo que llevo últimamente... el domingo pasado corrí 10 Km (bueno, más que correr, me arrastré, pero eso es otro asunto), el martes fui a la piscina y me hice 52 largos (1300 m), el miércoles y el jueves estuve trotando un poquito (un cuarto de hora cada día), el viernes me hice 90 largos (2250 m) y el sábado... excursión por la sierra, que es lo que paso a relatar ahora.

Mis compañeros de correrías esta vez fueron Jazon y el Figura, personajes silvestres y monteros (especialmente como la versión japonesa de mitsubishi) donde los haya. Salimos a las 9:00 hacia la A-6, sentido La Coruña, para desviarnos hacia Guadarrama y llegar finalmente al puerto de Cotos.

Ahí empezaba nuestra ruta hacia niveles superiores de hombría (y también de altura, que íbamos a superar un desnivel de 600 metros más o menos hasta llegar a coronar los 2.428 de Peñalara).

La cosa empezó como un paseit suave, aunque al entrar en el parque nacional hay unas cuantas escaleres y cuestas bastante empinadillas que ya te van anticipando lo que te encontrarás más tarde... paramos a llenar las botellas de agua en un manantial al comienzo de nuestra ruta, que comprendería unos 12 Km.

Pudimos realizar el acto cívico del día recogiendo el envase de pilas que algún desgraciado hijo de puta había dejado por ahí tirado en medio de la nieve. Sí, había nieve. La progresión fue parecida a la del estudiante erasmus en Finlandia, al principio "qué cosa más bonita, está todo nevado, como en una postal... la nieve parece algodón" y luego "es mierda, mierda blanca, que se te mete entre las botas y te hiela hasta el alma".


Vimos que la laguna estaba helada, pero ciertamente con el solecito se estaba muy agusto, como para ir en manga corta, que es lo que hicimos... el sol, otro hijo de puta traicionero, como la puta nieve, también nos daría un regalito para que nos acordásemos de la excursión durante el resto de la semana siguiente.

Por el camino hicimos algunas fotos chulas, en las que gracias a que me llevé el trípode (no el que os pensáis, que ese lo llevo siempre, el otro) pudimos salir los tres en poses muy intrépidas avanzando entre la nieve.

Poquito a poquito fuimos ganando metros de altura, aunque el sobrepeso de mi mochila (bastante más cargada que las de Figura y Jazon) me fue lastrando hasta el momento en el que tuve que levantar la mano y clamar "¡Safety car!". Además, las botas me estaban jodiendo el talón por el roce que se produce al traccionar cuesta arriba... por suerte, uno de los motivos de que mi mochila fuese cargada es que llevaba las zapatillas deportivas de repuesto; así que aproveché para cambiar neumáticos y en cuanto se fue el safety car pudimos reanudar la carrera.

La verdad es que íbamos a buen ritmo, estuvimos adelantando a gente durante casi todo el ascenso (je, casi igual que en la intercampus xD) y finalmente llegamos a la cumbre. Nos sentamos un rato para beber agua y contemplar el paisaje mientras divisábamos el próximo objetivo: el Risco de los Claveles.

El acceso al Risco de los Claveles es bastante más jodido que a la cima de Peñalara, tienes que pasar por la cuerda atravesando el Risco de los Pájaros... es un camino de piedras graníticas bastante estrecho, que además cuando está nevado dificulta encontrar asideros seguros para apoyarse y progresar con confianza. Ahí sí que tuvimos que pedir unánimemente el safety car varias veces; ya que un tropiezo o resbalón sería bastante chungo... si te caías hacia la derecha te despeñabas en vertical, si te caías hacia la izquierda se prometía un largo y rápido descenso por una rampa empinadísima y cubierta de nieve, para ser frenado dulcemente por montones de piedras afiladas. Escamoche seguro, vamos.

Al final llegamos al Risco de los Claveles y se nos planteó un interrogante... ¿cómo coño bajamos? Era o descenso vertical agarrándose a las piedras o por una pendiente nevada bastante jodida. Nos decantamos por la nieve, aprovechando que un tío más experimentado acababa de adelantarnos y fue marcando el camino con sus huellas. Según bajamos nos cruzamos con un par de tíos, que tienen intención de hacer nuestro recorrido a la inversa.

Tío 1 - ¿Se puede pasar bien por arriba?
Figura - Está bastante nevado, pero nosotros venimos de ahí.
Yo - Hombre, es cuestión de echarle huevos.
Tío 2 - ¿Tú qué tal andas de huevos? - dirigiéndose al Tío 1
Tío 1 - Voy sobrao... - mientras echa a caminar hacia arriba con aire de suficiencia.

Nos estuvimos riendo un buen rato de aquel encuentro. Cuando pasamos la parte más pronunciada, llegamos a un terraplen más suave, también cubierto de nieve. Aquí la nieve estaba más blandita y había más profundidad, así que nos hizo gracia las primeras veces que hincamos la pierna hasta la rodilla.

Terminamos llegando a una explana descubierta de nieve, donde había bastante gente comiendo; así que nosotros, fieles seguidores del dicho "donde fueres haz lo que vieres" nos preparamos para comer. Previamente nos quitamos las botas (o las zapatillas en el caso del figura) y los calcetines para que se secasen un poco antes de proseguir. Yo me quité hasta los pantalones y los estiré sobre la roca para que se secasen los bajos... mientras me tapé un poco con el abrigo, más que por pudor propio o por frío para no escandalizar a la gente y joderles la comida.

Cuando hubimos comido, nos tiramos un ratillo al sol, después nos pusimos de nuevo el calzado (y yo los pantalones) y proseguimos la marcha. La parte más jodida ya había pasado, lo que quedaba era bastante llano... lo único que teníamos que sortear eran los torrentes del deshielo. La verdad es que el asunto es bastante más peligroso de lo que parece, porque por debajo de la capa de hielo hay riachuelos de agua helada, y si pisas mal y el hielo que hay bajo tus pies cede te puedes encontrar con una sorpresa muy desagradable; que si hay profundidad y vas solo incluso podría terminar mal.

En esas condiciones, la marcha se hace un poco más coñazo, porque tienes dos opciones: o bien te vas fijando en pisadas anteriores y las intentas seguir, o te lanzas a correr y que sea lo que FSM quiera. En cualquier caso, cuesta avanzar porque tienes que recuperar en casa paso la altura que te hundes en el anterior. Yo opté por la primera, y no me mojé demasiado... el Figura, que ya había asumido que no se podía mojar más, optó por la segunda. Jazon creo que tomó una alternativa intermedia, que le permitía ir por delante de los dos y sin quejarse demasiado de los hundimientos repentinos ("¡saaaaafeeeeeeetyyyyyyyy!").

En algún momento de descanso, el Figura nos llamó la atención sobre lo limpitas que se habían quedado sus zapatillas con la nieve... pero uno nunca puede cantar victoria hasta que no está en casa, porque después de haber pasado la nieve, llegó el barro, lo cuál es un alivio porque sabes que no te vas a hundir (al menos demasiado), pero tiene el inconveniente extra de que también resbala lo suyo y que si te caes de culo no amortigua tanto; como bien pudo comprobar el Figura.

Finalmente llegamos al último tramo, seco, sin nieve y sin muchas complicaciones, donde nos cruzamos con algunos domingueros que llevaban puestas las típicas zapatillas tipo happy look (qué pringaos, no sabían lo que había ahí delante) y con algún frescor que otro. Ese momento de relativa tranquilidad nos hizo reparar en los pequeños detallitos a los que cuando tu vida peligra porque te vas a escoñar no les das importancia, como es que teníamos la cara como el palo de un churrero.

Ayer hablé con el figura y me dice que la gente le mira por la calle y en el metro; no me extraña, yo desde el lunes me parezco a Robert Englund en dos de sus mejores interpretaciones: Freddy Krueger y Willy, el de la serie V (sí, de esos que se arrancaban la piel y debajo eran lagartos...)

Pues eso, que si pensáis en ir a la montaña, os aconsejo encarecidamente que os llevéis al menos una gorra.

Actualización 12/07/2008
Aquí os dejo un álbum con algunas de las fotos más interesantes de la excursión.

3 comentarios:

  1. - Phillip Ollas... ¡A ver!, ¿¿hay algún Phillip Ollas por aquí??

    Amos que irse a la nieve y no llevarse al menos un gran protector solar... tié cohones.

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  2. Hombre, yo me llevo protector solar cuando voy a la playa... como en la montaña hace fresquito ^_^

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  3. ¡Pero macho! Si fuiste tú quien dijo eso de que el sol se refleja en la nieve y tienes un efecto sauna en la cara que ríete tú de la piscina...

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