A diario ocurren muchas gilipolleces graciosas que contarle a los colegas. A veces simplemente uno tiene ganas de pegar un par de gritos porque está harto de todo. En ocasiones sólo se busca provocar. Para todo eso está este blog.
Me empiezo a aburrir de esta serie, así que voy ir zanjándolo: El principal motivo de que me haya vuelto "facha" es la izquierda.
La izquierda era una ideología de trabajadores. Hoy en día es una ideología de vagos y advenedizos – han confundido el control (justo) de los medios de producción con la sopa boba.
La izquierda era antireligiosa. Hoy es anticristiana y flirtea con fanáticos de otros cultos – cultos que entran en contradicción directa con los derechos humanos.
La izquierda era internacionalista. Hoy busca levantar nuevas fronteras y la creación de nuevos estados – a expensas de España.
La izquierda se basaba en que todos éramos iguales. Hoy te machaca si eres hombre y blanco – independientemente de si has nacido en un entorno desfavorecido y la vida te ha tratado como una mierda.
Lo que no ha sido nunca la izquierda es fraternal. Nunca se es lo suficientemente progresista como para estar a salvo de la eterna caza de brujas.
La cuestión es que no tengo ningún problema con lo que se suponía que era la izquierda. Pero sí tengo un problema con la gente que predica desde una falsa posición de superioridad moral, con los que dicen una cosa y hacen la contraria. No son lo suficientemente buenos como para representar ningún ideal noble.
Así que lo más honesto que puedo hacer es reconocer que yo tampoco podía ser de izquierdas.
Yo llevaba toda la vida pensando que para ser facha era un requisito ser religioso, pero ahora resulta que ser antireligioso también te puede hacer facha.
No pasa nada si criticas el judaismo, el cristianismo, o los cargo cults del pacífico, incluso puedes meterte con los buenazos de los budistas todo lo que quieras... Pero en cuanto se te ocurra hablar del Islam estás jodido.
¿Qué es lo que ha llevado al Islam a obtener ese estatus de privilegio entre la progresía? Supongo que es por contraposición, porque si a los fachas no les hace gracia, entonces tiene que ser algo bueno. Pues bien, queridos giliprogres: cuando el camarada Marx decía que la religión es el opio del pueblo no estaba refiriéndose exclusivamente a la religión cristiana, sino a cualquiera que ofrezca una ficción que te haga feliz mientras no te preocupas de los problemas del mundo real (es decir, todas excepto las que practican los seguidores de Chtulhu y Nyarlathotep).
Resultan asquerosos los devaneos de "la izquierda" con el Islam, con prominentes líderes (que no nombraré porque se me cae el pelo, ya sabemos cómo funciona la libertad de expresión en España) felicitando el ramadán... Supongo que si el ayatolá suelta la mosca hay que tener algún gesto de vuelta.
Se empieza a cerrar el círculo cuando al criticar una religión te acusan de racista.
El Islam es un peligro para occidente, por un montón de motivos que no tienen nada que ver con el color de la piel de los que lo practican (que hay de todo, incluso paliduchos fascinados por lo exótico). Vamos a enumerar algunos:
1. El Islam no separa Iglesia y Estado. Esto ya debería ser suficiente para que cualquier persona que valore la libertad estuviese recelosa. La mayoría de los países en los que el Islam se ha impuesto como religión mayoritaria se han acabado convirtiendo en estados islámicos donde la Sharia es la ley por la que se han de regir todos los ciudadanos.
2. La identidad del musulmán antepone la religión a todo lo demás. Es decir, que un musulmán que ha nacido y vive en Francia se considerará musulmán antes que francés. Las implicaciones de eso son bastante siniestras: básicamente tienes ciudadanos dentro de tu país que son a todos los efectos agentes externos.
3. El Islam deja atado y bien atado que es la religión definitiva. No hay posibilidad alguna de revisión ni adecuación a los nuevos tiempos.
Esos cinco puntos resumen lo básico: es absolutismo y totalitarismo. Ni siquiera voy a entrar a valorar la discriminación de la mujer, la homofobia institucionalizada, el creacionismo...
Sí que voy a hacer una mención al yihadismo. La progresía siempre intenta desligar al "islam moderado" del fenómeno yihadista, pero eso es una falacia tremenda. Nadie nace con un chaleco explosivo puesto; es un proceso que va por pasos, y el primer paso es ser uno de los llamados "moderados".
Una vez que aceptas una ideología irracional como modo de vida, por muy bondadosa que pueda parecer en un principio, le has quitado el seguro a tu cerebro. Estás listo para asimilar cualquier mierda y es muy difícil cuestionar nada.
Los musulmanes moderados son como los antivacunas: puede que no les gusten los virus, pero contribuyen a que se extiendan.
¿Os habéis parado alguna vez a pensar cuál es la verdadera razón del ayuno durante el Ramadán?
Os copio y pego un párrafo del artículo de la wikipedia sobre el Lavado de Cerebro:
Otros apoyos empleados secularmente en el lavado de cerebro son el hambre y la privación de proteínas, que producen confusión y credulidad en la capacidad de raciocinio y la privación del sueño, que causa estrés y confusión.
Y ahí no están solos: en los campamentos cristianos y en los templos budistas también se hacen ayunos y vigilias. Es sólo que el Islam lo hace mejor y de manera más consistente.
También se repite mucho que en los atentados terroristas de islamistas también mueren musulmanes, así que no se puede culpar a los musulmanes de ello —Si eso os lo dice una neofeminista, recordadle que los hombres también matan sobre todo hombres (en un ratio de 9:1 con respecto a mujeres aprox.) y violan a otros hombres y eso no les impide catalogarnos a todos como asesinos y violadores en potencia de forma sistemática— pero lo importante es considerar cuál es la motivación.
Una falacia típica es decir que también hay cristianos que cometen atentados y que nadie acusa al cristianismo de ser el causante de los atentados. Pero no suele ser el caso en el que haya una motivación religiosa (quizá en los perpetrados por IRA, hay un matiz de catolicismo vs protestantismo tras la ocupación inglesa de irlanda), los cristianos no se suelen volar por los aires al grito de "¡Jesucristo es el mejor!". Al igual que nunca ningún ateo ha matado a nadie motivado por su ateismo.
Pero si se ha cometido un atentado por motivos religiosos, entonces sin duda la religión es responsable (en mayor o menor parte). Y esa responsabilidad se ha de extender a todos los miembros de la comunidad religiosa; ya que una religión sólo está viva en la medida de que hay gente que la profesa. Creo que a nadie le cuesta entender que, por ejemplo, la responsabilidad del Holocausto se extiende a todos los nazis y no sólo a los que operaban los campos de concentración.
No es tan difícil: si no estás de acuerdo con que se mate en nombre de tu religión, puedes borrarte de la religión. Ah, espera, que la apostasía estaba castigada con la muerte (y eso es algo que ni siquiera se avergüenzan de reconocer abiertamente los "moderados").
No sé vosotros, pero yo ya estoy un poco cansado de escuchar siempre la misma cantinela cuando sucede el enésimo caso aislado; en el último documental de La Sexta titulado 17-A El Origen del Mal (¿no había una película que se llamaba así?) llegan a la conclusión de que la solución es meter más imanes moderados en el país para que eduquen a los musulmanes en que no hay que matar a la gente que no piensa como tú. El problema que yo veo aquí es que, al igual que a político sólo se mete quien está interesado en robar, a imán sólo se mete quien es un fanático de cojones.
Bueno, lo voy a dejar aquí, antes de que me lancen una fatwa condenándome a muerte.
Este tema empalma un poco con el del feminismo, pero he preferido intercalar por no aburrir al personal. Vayamos ahora con las hipocresías propias del movimiento LGTBI... Seguramente para cuando le dé al botón de publicar, LGTBI será algo políticamente incorrecto porque falta alguna letra que haga referencia al último colectivo en subirse al carro de las etiquetas para todos.
Me resulta sorprendente que un colectivo cuyas reivindicaciones históricas parten de que han sido señalados, marginados y perseguidos tenga tanta pasión por clasificarse, catalogarse y etiquetarse. Parece que la aceptación y normalización no es suficiente si no estás llamando la atención constantemente sobre lo especial que eres.
¿Cuántas etiquetas harían falta para expresar toda la variedad? Pues siendo simplistas, al menos 27 (=33), ya que podríamos representar la sexualidad/género como un cubo en el que un eje representa cuál es nuestro género biológico (Hombre, Mujer, Otro), en otro eje cuál es el género con el que nos sentimos representados (Hombre, Mujer, Otro) y hacia qué género nos sentimos atraídos (Hombre, Mujer, Otro). Dije simplista porque muchos se van a enfadar en que "Otro" sea un saco donde pueden entrar muchas cosas, pero siéntase libre el lector de añadir tantos valores como desee, actualizando en consecuencia el número de etiquetas derivado. Si queremos rizar más el rizo, podríamos considerar que la atracción no depende únicamente del género atribuido, sino de la combinación del mismo con el biológico (es decir, puedo ser una biológicamente hombre, sentir que mi género es mujer y sentirme atraido por personas que biológicamente son mujeres, pero se sienten hombres); con lo cuál nos quedarían 81 tipos distintos (eso sin expandir todas las posibilidades que hay en "Otro").
Supongo que ya os habéis dado cuenta de que el tema de las etiquetas no escala bien. Para aquellos que estudiasteis Química en el colegio o el instituto, quizá os acordaréis de que había tres nomenclaturas distintas para referirse a los compuestos (tradicional, stock y sistemática). La nomenclatura tradicional es un tanto caótica, puesto que algunos compuestos (los más comunes) tienen nombres propios, mientras que el resto siguen unas reglas un tanto complicadas basadas en prefijos y sufijos (que eran relativos a las valencias de los átomos, que debías conocer para derivar la fórmula a partir del nombre del compuesto). La nomenclatura sistemática en cambio trata a todos por igual, cada átomo lleva un prefijo griego que indica en qué proporción se encuentra en el compuesto. (La nomenclatura de stock era un híbrido entre ambas y ha caído en desuso).
Está claro cuál era más popular entre los alumnos: la que seguía un patrón más regular en lugar de basarse en casos especiales.
Así que desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a la eliminación de las etiquetas de género. Porque son una simplificación arcaica (a pesar de que muchos de los nombres sean de acuñación reciente, es el concepto lo que es arcaico) y porque va en contra de la dignidad de las personas asumir que son su género o preferencia sexual (al igual que va en contra de la dignidad de las personas asumir que son su trabajo, color de piel o religión). Cuanto más cómodo sea referirse a alguien por una etiqueta más fácil es asumir que eso es lo único que les define.
Si a alguien le importa tanto la identidad sexual de otra persona lo suficiente como para que sea tema de conversación, podrían tomarse más de 10 segundos en ello en lugar de utilizar una burda etiqueta.
La gente podría pararse un poco a reflexionar sobre qué significa sentirse de un género que no es el tuyo de nacimiento. ¿Cómo puedes saber cómo se siente una mujer si naciste hombre? Incluso podemos ir más lejos ¿Cómo puedes saber cómo debe sentirse un hombre? Además existe suficiente variabilidad entre indivíduos como para que todo el tema de los "sentimientos estándar" sea completamente descabellado.
Las cosas unisex siempre me han parecido una gran idea, diferenciar líneas de productos por género cuando no hay diferencias funcionales es cuanto menos poco eficiente. Aunque he de reconocer que tengo una motivación egoísta, alguna vez he hecho el ridículo al entrar en el probador con unos pantalones de mujer... Pero me estoy desviando del tema.
Creo que todos hemos visto campañas de TV o radio en las que dicen que no existen juguetes para niños y para niñas, que es perfectamente normal que una niña juegue con un balón de fútbol y un niño con muñecas (todo correcto). Y supongo también recordaremos algún caso de niños de corta edad que son considerados transgénero "porque le gustaba más la ropa de niñas y jugar con muñecas". ¡Que se aclaren, por favor!
A raíz de este caso me he acordado de otro un poco más antiguo, el de la atleta Caster Semenya (juraría que ya escribí sobre esto en su día aquí, pero no lo encuentro):
Es un tema controvertido de cojones (no pun intended), porque aquí están contrapuestos los derechos de una persona que se considera a sí misma mujer pero no encaja al 100% con el fenotipo típico de una mujer (no quiero entrar en el juego de las etiquetas, porque los resultados de sus pruebas de género nunca se publicaron) y los de las mujeres cisgénero.
¿Quizá la solución sea eliminar las categorías de género en las competiciones? Sin duda sería lo más igualitario, aunque puede que no lo más justo: las mujeres se quejarían de que no pueden ganar contra los hombres en la mayoría de las pruebas. ¿Pero qué es realmente justo en el deporte? Los blancos casi nunca ganan pruebas de velocidad (como dato curioso, la última vez que un blanco ganó la medalla de oro en los 100m en unos JJOO fue en Moscú 1980, cuando los americanos hicieron boicot) y los negros casi nunca ganan en natación.
Desgraciadamente la competición y la equidad son incompatibles. La naturaleza es caprichosa cuando reparte los dones y para que haya vencedores tiene que haber vencidos. La única forma de no discriminar a nadie por haber sido menos agraciado en la lotería genética sería que todos estuviésemos en nuestra propia categoría, donde reinaríamos como campeones (y perdedores, ya que estaríamos solos) absolutos.
Sin embargo, eliminar la segregación de género sí que resuelve de forma igualitaria y justa otro problema que parece quitarle el sueño a mucha gente (sobre todo en EEUU): dónde podemos entrar a cagar y dónde no. Al fin y al cabo caga el rey y caga el papa, de eso nadie se escapa. Ya va siendo hora de que maduremos y no nos dé vergüenza que nos oiga gruñir mientras soltamos un zurullo una persona del sexo contrario.
Supongo que es porque la palabra enfermedad conlleva cierto estigma. Pero la solución no es hacer malabares con el lenguaje, sino conseguir que la sociedad trate con respeto y dignidad a quienes padecen una afección de cualquier tipo. Porque al fin y al cabo, los transexuales normalmente van a seguir un tratamiento para resolver la disforia de género; y es un tanto hipócrita recibir un tratamiento (sobre todo cuando se trata de dinero público) si no te pasa nada malo.
Tampoco parece muy claro por qué para este tipo de trastornos la solución está en cambiar el cuerpo y no la mente. ¡Cuando una persona se cree que es Napoleón Bonaparte no le hacen la cirugía estética y le ponen a gobernar Francia!
Esto es injusto para las personas que no están a gusto con su cuerpo por cualquier otro motivo. Como no forman parte de un lobby, se tienen que aguantar siendo bajitos, calvos o feos; ahí la solución políticamente correcta es aprender a quererte a ti mismo (palabras bonitas para decir te jodes y bailas).
La explicación podría estar en que existe cierta aversión a la modificación de la personalidad, ya que se supone que es la característica que más nos define como individuos; y que a lo largo de la historia los regímenes absolutistas han empleado técnicas brutales en campos de reeducación para eliminar cualquier tipo de pensamiento disidente. Con esto, no es de extrañar que tenga mala fama.
Sin embargo, poca gente parece escandalizarse cuando la reeducación se nos aplica a gran escala. Me refiero a los nada sutiles cambios en los currículos escolares, a los mensajes publicitarios, a las editoriales de los mass media, a las subvenciones para el cine con carga ideológica... Y por último la modificación de la ley para castigar cualquier disidencia de pensamiento.
De hecho, vaticino que dentro de poco plantear cuestiones como estoy haciendo aquí será considerado un delito de odio. Incluso ahora mismo le chirriará a más de uno, en ese acaso animo a volver a leerlo todo con calma: verás que no estoy insultando ni menospreciando a nadie, ni llamando a la violencia; simplemente estoy señalando contradicciones y cuestionando por qué las aceptamos sin más.
Como reflexión final, creo que la ideología de género tiene como base en una gran parte una obsesión malsana en torno a los genitales; obsesión sobre qué forma tienen y qué hacemos con ellos. Se supone que el homo sapiens ha trascendido al siguiente nivel tras la evolución biológica: Disponemos de la cultura como medio de transmitir información de una generación a la posterior, y el sexo es principalmente un pasatiempo derivado de un mecanismo de recompensa vestigial.
Así que nos están vendiendo como progresista algo que realmente es una regresión al estado primitivo, donde la sexualidad es el único camino a la felicidad (en lugar del arte, la cultura y las relaciones basadas en la intelectualidad): Los roles de género son un arcaismo, y el movimiento LGTBI es una glorificación de los mismos.
Otro tema en el que se suele echar mano de la carta del racismo para silenciar cualquier voz disidente es el de la inmigración. Creo que todos estamos de acuerdo en que cierta diversidad es enriquecedora, y que a nadie le molesta tener como vecinos a personas educadas, que no montan jaleo, se dedican a actividades honradas y pagan sus impuestos, independientemente de su procedencia o color de piel.
No voy a ser prejuicioso y decir que según el país algunos inmigrantes son mejores o peores, puesto que efectivamente hay de todo. Yo soy español y creo que he sido un inmigrante bastante majo que ha pagado sus impuestos y no ha dado problemas, pero en Londres por tuve vecinos también españoles que no paraban de montar fiestas a altas horas de la madrugada y nos hicieron llamar a la policía unas cuantas veces (no hicieron una mierda, por cierto).
El problema es cuando la procedencia o el color de la piel te blindan ante cualquier comportamiento antisocial. De hecho, hay montones de estudios (supongo que financiados por magnates bienpensantes) intentando desmontar la correlación entre inmigración y delincuencia. Por ejemplo, este artículo menciona que hay una tendencia a la alza en la población inmigrante y una tendencia a la baja en la delincuencia, como prueba irrefutable de que no están correladas. Pero no menciona que la proporción de reclusos extranjeros en las cárceles es muchísimo mayor que en la calle. También indica que existen otros factores que explican mejor la delincuencia, como las condiciones de violencia en las áreas de acogida. ¡No jodas Sherlock! Es como si alguien te dice que la principal causa de muerte es la parada cardiorespiratoria.
Si alguien pensaba que iba a caer en la falacia fácil de que correlación implica causalidad, tranquilo, que no he nacido ayer. Simplemente estaba poniéndonos en situación. Aunque para encontrar la causa de la relación entre inmigración ilegal y delincuencia tampoco hay que irse muy lejos: una persona que entra ilegalmente en un país ya ha demostrado su predisposición a saltarse las leyes de ese país.
Y ahí está la trampa del antiracismo, nos quieren hacer pasar como prejuicio racista cualquier sesgo hacia los inmigrantes ilegales, cuando ese grupo realmente está autoseleccionado.
Luego está el tema del desvío de la responsabilidad y el argumento patético. Viene al caso de los mal llamados barcos de rescate (que realmente son servicios de ferry coordinados con las mafias del tráfico de personas) como el Aquarius.
Disculpad el inciso, pero hasta hace unas semanas se podía seguir la ruta del Aquarius en las páginas www.marinetraffic.com y www.myshiptracking.com pero como era muy vergonzoso ver cómo se desplazaban prácticamente hasta las playas libias para luego hacer todo el camino de vuelta hasta Europa han desactivado el seguimiento (si buscas Aquarius obtienes el mensaje "vessel is out of range", su última posición fue reportada hace 48 días y 7 horas del momento de publicar esto según myshiptracking).
Sigamos con el desvío de la responsabilidad. Cuando una persona se lanza al mar sabiendo que corre un riesgo de morir y espera que tú vayas a rescatarla por principios morales, te está chantajeando.
Mi política al respecto es clara: no ceder nunca ante ningún tipo de chantaje. Mis amigos me recriminan que me alegro de que se muera gente en el Mediterráneo, lo cuál es obviamente falso, no me alegro de que se muera (casi) nadie. Pese a eso, mi postura es impecable desde el punto de vista ético. Del mismo modo que no me quita el sueño que un alcohólico muera de coma etílico o un fumador de cáncer de pulmón, son decisiones que toman libremente y por lo tanto su responsabilidad.
Si aceptamos como válido el imperativo categórico, nuestras acciones han de ser justificables universalmente y no sólo en casos particulares (enunciado simplificado). Pero es evidente que no disponemos de la capacidad para acoger a todo el tercer mundo dentro del primero; y en el caso de que pudiéramos hacerlo hoy, no es sostenible porque la población sigue creciendo a un ritmo mucho mayor. Así que en algún momento habría que parar, lo que es injusto para aquellas personas que se han quedado fuera del corte.
En el juego de manipular las emociones parece que todo vale. Por ejemplo, nos han querido hacer pasar una foto del barco Vlora cargado de refugiados albanos de 1991 como una foto de europeos huyendo al norte de África en la WWII.
El tema es que existe la obligación legal de acoger a los refugiados, por lo que en un momento se empezó a llamar refugiado a todo el que llegaba a nuestras costas.
A mí me llamó la atención, y cuando hablaba sobre el tema con algún bienpensante la cosa discurría más o menos así:
No es posible que haya tanto refugiado viniendo en patera desde África, son inmigrantes por motivos puramente económicos. Réplica: si se lanzan al mar, es porque quedarse en su país es más peligroso.
Se produce un efecto llamada. Réplica: Pedro Sánchez dice que no hay efecto llamada y eso es que no hay efecto llamada
Me da la impresión de que en las fotos veo mucho hombre adulto con respecto a mujeres y niños. Réplica: primero vienen los más fuertes y luego se traen a las familias.
Si juntamos las réplicas de 1 y 3, resulta es más seguro echarse al mar, pero también es más seguro quedarse en casa.
Si juntamos las réplicas de 2 y 3, resulta que no hay efecto llamada, pero por cada persona que llega también hay que tener en cuenta que luego va a venir toda la familia (normalmente muy numerosa).
Al final de tanto estirar la palabra refugiado se acabado rompiendo y sin ningún tipo de pudor ya han empezado a llamarlos migrantes.
Y sí, es una putada nacer en el tercer mundo, al igual que lo es nacer con alguna enfermedad congénita chunga. Así de cabrona es la vida. Llega un momento en el que hay que asumir que algunos hemos tenido más suerte que otros y que no somos culpables del azar.
La siguiente cuestión interesante es ¿Puede existir el primer mundo sin el tercer mundo? No lo sé, pero si la respuesta es no, voy a reconocer con total honestidad que soy egoísta y prefiero seguir en el primer mundo. Y esa es la clave, que todos somos egoístas, es así como funciona la evolución. Los que miran antes por el interés de los demás que por el suyo propio... Se extinguen.
Al igual que el Imperio Romano, hemos llegado a una época de grandiosa decadencia. En lugar de romanizar a los bárbaros, les abrimos las puertas del imperio. Arturo Pérez-Reverte lo escribe con mucha mejor pluma que yo en su artículo Los Godos del emperador Valente.
Ahora mismo la civilización europea heredera del renacimiento y la ilustración está muerta. La única forma que tendría de sobrevivir requeriría de unas medidas tan extremas que sería un esperpento de sí misma.
Hace unos pocos días Serena Williams saltó a la primera plana de todos los medios por una confrontación con el juez de silla durante la final del U.S. Open.
A pesar de que ya he hablado profusamente sobre el feminismo en el volumen anterior, va a ser inevitable que haga referencia aquí y allá en este post; ya que hay muchos paralelismos con el racismo.
Ella echó mano de la baza del sexismo, pero en seguida se han sumado voces añadiendo también el racismo al asunto para hacer un maravilloso doble combo.
Las discusiones al respecto han sido acaloradas, y hay un método muy sencillo para ver si una situación es racista o sexista: Sólo hay que imaginarse qué pasaría si cambias al sujeto de la misma. Supongamos que en lugar de Serena es Djokovic ¿sería noticia que un hombre blanco se llevase una amonestación por recibir instrucciones del entrenador, romper la raqueta y encararse con el árbitro? No, es lo normal.
Un caso distinto sería el tema de la vestimenta, como en este caso en el que una jugadora recibe una amonestación por cambiarse de camiseta en la cancha. Efectivamente, si un hombre fuese amonestado por lo mismo sí que sería noticia; el problema sin duda está en que la reglamentación es distinta para hombres y mujeres. Podemos entender que el nivel de decoro esperado sea distinto, puesto que el busto del hombre no es considerado algo erótico, pero lo justo sería que esa decisión recayese sobre la jugadora.
Pero volvamos al tema principal, que es el racismo.
He tenido la suerte de haber vivido unos cuantos años en UK y USA, y eso te cambia un poco la percepción que tienes sobre la raza. Sobre todo sobre a qué raza perteneces; yo llevaba toda mi puñetera vida pensando que era blanco, pero por lo visto soy otra cosa.
Tuve la oportunidad de tener algo más de variedad en mi círculo de amigos: Indios, srilankeses, mexicanos, afroamericanos, marroquíes... Un poco de todo.
Uno de mis mejores colegas en USA es negro. Como en España no había mucha diversidad que digamos hasta finales de los 90, pues al igual que mucha gente de mi generación no he sido educado con una especial sensibilidad hacia temas raciales; así que he tenido montones de conversaciones interesantes con él sobre el racismo (y sobre la vida en general).
Por ejemplo, recuerdo que un día le pregunté si era adecuado decir black o era preferible person of color. Pues en principio las dos están bien, pero está muy feo decir colored person. Son matices que a un hablante no nativo se le pueden escapar, pero ahí están.
Tal era el grado de camaradería con éste chico (tengo un montón de batallitas con él, algún día las contaré) que alguna vez me llamó my nigga. A mí esas cosas en plan gangsta me hacen gracia; y tiempo después le pregunté si yo se lo podía llamar a él también. Su respuesta: hell no!. Le dije que si no me había ganado el "nigga pass" y me dijo que algún día me lo ganaría, mientras nos partíamos de risa...
Teníamos esa conversación mientras íbamos en el coche con su novia (blanca) y la pobre chica estaba flipando. Al cabo de un rato no pudo más nos espetó can you please stop saying "the n word"? you've used it like 4 times already!
A ese nivel de tabú se ha llegado en USA, ni siquiera se puede discutir abiertamente sobre el uso de las palabras... Tuvimos que aclarar que no pasa nada por citar o usar el estilo indirecto, que no es lo mismo utilizar una palabra peyorativa en contexto meta-lingüístico que insultar a alguien.
Y ese es el quid de la cuestión: hoy en día se llama racista a cualquier cosa, y que nos tachen de racistas es un estigma social brutal. La palabra racista infunde tanto miedo que ya no podemos conversar con naturalidad sobre temas triviales, como por ejemplo el nigga pass; o temas importantes, como por ejemplo la inmigración o el islam (abordaremos esto en futuros volúmenes).
Hace unas pocas semanas también fue noticia un monólogo de Rober Bodegas en el que hacía unos cuantos chistes que no eran sobre gitanos.
Sería racista decir que los gitanos son una raza inferior y que habría que exterminarlos; pero negar que existe un problema generalizado de inclusión social, que viene de siglos atrás, es muy ingenuo (o muy mezquino). Creo que no hace falta que cite estudios aquí, a pesar de que podría pecar de prejuicioso también me baso en mi experiencia personal, ya que me crié en uno de los barrios de Madrid con más poblados chabolistas.
Lo más surrealista es que los gitanos que "dan la cara por los suyos" lo intentan arreglar con violencia e intimidación, confirmando los estereotipos a los que hace referencia Rober Bodegas. Incluso cuando lo intentan hacer con cierta clase como en este artículo, les sale algo plagado de insultos, sin un hilo argumentativo coherente y que rezuma del propio racismo gitano. Por ejemplo:
(...) La atracción morbosa hacia lo gitano, que se materializa en la imposibilidad de controlar su racismo de forma pública, aparece bajo la repulsión evidente hacia nuestra diferencia que comparte con gran parte de su sociedad. Bodegas se siente atraído por nuestro pueblo porque es payo (...)
Hay otra frase que parece ser que llama la atención, pero por los motivos equivocados:
El patético y pálido humorista de etnia paya es, tan solo, uno de tantos síntomas más.
El despropósito no está en "patético y pálido", sino en "etnia paya". Los payos no son (somos) una etnia, sino muchas, porque payo es todo aquel que no es gitano. Pero como lo políticamente correcto es hablar de etnias, pues hay que ponerle etnia delante a todo.
¿Y por qué todo este pifostio no era una cuestión de racismo? Porque cuando un gitano está integrado en la sociedad y se comporta de forma normal, ni siquiera se dan cuenta de que es gitano. Por ello podemos deducir que la sociedad no tiene un problema con los gitanos, el problema es con la cultura gitana. Esa cultura de la que muchos gitanos están tan orgullosos y la defienden a capa y espada, incapaces de ver lo salvaje que es meterle un pañuelo por el coño a una niña de 13 años para ver si ha llegado virgen al matrimonio (se refieren a la crítica como un ataque directo a las costumbres históricas más arraigadas).
Se ha intentado casi de todo. La mano dura no ha funcionado. La mano blanda (darles viviendas, incentivos para la escolarización, etc.) tampoco. Este tema sinceramente me sobrepasa. La única solución que se me ocurre es la de buscarles un huequito para su propio estado, quizá en Oriente Medio, al lado de Israel. Quién sabe, a lo mejor esta vez sale bien.
Llegados a este punto todos estaremos más o menos de acuerdo en que el racismo es injusto desde el momento en el que prejuzga a las personas; al igual que lo es utilizar el racismo como excusa para salirse con la suya.
Quedaos con eso si queréis, porque ahora, como mero ejercicio intelectual, voy a hacer de forma especulativa una apología del racismo como mecanismo evolutivo:
Los homo sapiens somos una mierda físicamente, no podemos competir individualmente contra casi ningún animal salvaje. Por eso nuestra supervivencia siempre ha dependido de la colaboración.
En comunidades pequeñas es bastante fácil tenerse todos controlados, vigilar que todos contribuyan de forma justa y si alguien se pasa de la raya, pues se le llama al orden o se le manda a tomar por culo y se le saca del grupo (y se extingue).
¿Pero qué ocurre cuando dos poblaciones se encuentran? En ese momento la estrategia a seguir ya no es tan evidente. Si ambas poblaciones colaboran, por ejemplo cazando una presa que por separado no serían capaces de capturar, ambas obtienen cierto beneficio que pueden compartir y todos felices.
Pero si una población traiciona a la otra (los pasan a cuchillo mientras están durmiendo, agotados tras la cacería), éstos se llevan todo el botín, con lo que sus probabilidades de supervivencia aumentan (y además eliminan a la competencia). Ese comportamiento antisocial acaba de ser recompensado en la batalla constante que es la selección natural.
Si ese patrón se repite, y se repetirá si es una estrategia exitosa, al final tenemos que sólo van a quedar vivos los más cabrones (ya sea por herencia genética o cultural). Cuando se crearon los estados y se produjo cierta segregación, es bastante fácil identificar quién pertenece al grupo y quién no simplemente viendo rasgos como el color de la piel, de los ojos, el pelo, estatura, etc.
En resumen: todos los seres humanos hemos evolucionado para ser unos hijos de puta y hacemos bien en tener prejuicios en contra de aquellos que no se parecen a nosotros, ya que está en su propio interés aniquilarnos. Mantener un ojo siempre abierto ante el extraño es el equilibrio de Nash.
Joder, acabo de justificar el racismo con la teoría de juegos.
Antes de continuar con el siguiente tópico, me gustaría ahondar un poco más en el fascinante mundo del mansplaining.
Hace unos años salió en la prensa una noticia en la que una niña de 6 años acusaba al juego infantil "¿Quién es quién?" de sexista. Aquí la tenéis recogida (en inglés) en The Independent y el HuffPost.
Para los que no estéis familiarizados con el juego, se trata de que ambos jugadores compiten por adivinar antes que el otro la identidad de un personaje que han seleccionado en secreto. La forma de conseguirlo es por eliminación, haciendo preguntas tipo Sí/No por turnos que nos permiten descartar aquellos personajes que no se ajustan a la información que vamos obteniendo.
Si te paras a pensar un segundo, es un juego bastante similar al "Hundir la flota", con la diferencia de que el espacio de juego en lugar de ser un tablero con coordenadas cartesianas tiene más dimensiones (características) con menos valores posibles cada una. Así que es bastante abstracto, la temática es algo meramente cosmético.
El juego es un buen indicador para saber cuáles son los prejuicios ocultos que tiene la gente, ya que normalmente levantará recelo sobre aquello que les obsesiona. Por ejemplo, los neofeministas se quejarán de que hay pocas mujeres, mientras que los cruzados de la raza se quejarán de que hay pocos negros. Curiosamente todavía no he visto a nadie quejarse de que hay pocos calvos (Larry David, ahí tienes material).
De hecho, mucha gente juega con la regla no-oficial de que está prohibido preguntar si el personaje oculto del adversario es una mujer en el primer turno.
La realidad es que es irrelevante qué pregunta hagas en el primer turno, ya que todos
Las columnas de la barbilla tienen algunas interrogaciones, ya que algunos personajes la tienen oculta por la barba o es difícil decidir si tienen el mentón prominente o no, así que podríamos dejarlas fuera para evitar ambigüedades... De hecho, la barbilla no sigue la distribución 80/20, ya que hay un 33% de personas con mentón prominente (sin tener en cuenta los que lo tienen oculto) y un 29% que tienen hoyuelo (visible). Es posible que no sea algo intencional en el diseño del juego, sino un efecto de la libertad del artista al dibujar las caras.
El grosor de los labios también puede dar algo de lugar a dudas, por ejemplo Claire y Maria tienen los labios ligeramente más gruesos que el resto de personajes con la boca pequeña, pero tampoco parece algo significativo. Así que lo más seguro sería dejar esa columna fuera también.
Las cejas podrían ser un mundo en sí mismas (finas, gruesas, simétricas, arqueadas...), pero también parece que hay matices bastante sutiles, así que ahí directamente ni me molesté en intentar clasificarlas.
Si se permiten hacer preguntas sobre el nombre, el atributo que mejor separa a la población es la
longitud, por eso he añadido esa columna sintética. Preguntar si el nombre del personaje tiene más de 5 letras hace una división del 37.5%, y aún mejor es preguntar si la longitud del nombre es par, nos divide el grupo en un 41.6%.
Pero vamos a sacar el histograma de cada atributo para salir de dudas:
Lo primero que nos llama la atención es que hay algunas anomalías que se desvían de la regla 80/20 y esas son las que conviene explotar. En concreto son bastante ventajosas si la boca es grande, si tiene arrugas en la frente, si el pelo es liso
2El tipo de pelo ondulado es otro valor que podría ser cuestionable. Lo dejé en los datos de entrada, pero quizá debería haberlo quitado (y el pelo liso/rizado tendrían una proporción 80/20, así que es posible que esa fuese la intención original). Eso habrá afectado a los resultados, pero ya me da pereza repetir los experimentos; así que lo dejo como ejercicio para el lector.
, o si tiene el pelo corto... Después tenemos ligeramente ventajosas si está sonriendo o si tiene la nariz grande. Y luego hay valores para algunas características que sólo hay 4 (en lugar de 5) personajes que las tienen, esos habría que evitarlos hasta que no hagan una división razoablemente equitativa de los personajes que restan por descartar.
Para la pregunta interesante es, ¿hay algún personaje que a priori tenga ventaja sobre los demás? Es decir, ¿alguno se disimula mejor entre la multitud, perteneciendo a más grupos mayoritarios que el resto?
Para calcular esto, podemos multiplicar la densidad de todos los grupos a los que pertenece cada personaje; y aquel que tenga un valor mayor será el que pertenezca en promedio a más grupos grandes.
Sin más dilación, aquí tenéis los resultados, junto la lista de los atributos para los cuáles tienen valores minoritarios:
El que está más jodido es el pobre Peter, que sólo le falta ser gitano y homosexual (¡I això no és tot, eh!). Alex y Charles son los más genéricos, lo único que les hace peculiares es que tienen la boca grande.
Así que efectivamente, parece que hay cierto sesgo debido a que a pesar de que los valores de cada atributo están divididos de forma más o menos equitativa (80/20 en casi todos los casos), hay personajes que pertenecen a más grupos del 20% que otros; lo que hace que preguntando al azar el conjunto en el que se pueden esconder se reduzca mucho más rápido.
Las mujeres del juego, tienen en promedio más probabilidades de ser identificadas rápidamente, pero no por el mero hecho de ser mujeres, sino porque comparten el resto de atributos con pocos personajes y eso las hace bastante únicas... Por ejemplo, María, que es la más genérica de las mujeres, tiene la desgracia de tener el pelo largo, llevar sombrero y tener el pelo marrón (que hay 4 en lugar de 5 como el resto de colores).
Pero guarden sus "¡te lo dije, el maldito juego es sexista!" por un momento y continúen leyendo el siguiente apartado.
III
En mi ingénuo estimador de la exoticidad de los personajes he cometido dos errores de bulto, que el lector inteligente ya habrá detectado y llevará un rato rechinando los dientes. Mis disculpas.
El primero de los errores es que estábamos considerando que los atributos son independientes entre sí; y la correlación entre ellos afecta (y mucho). Me explico: si hay una gran correlación entre mujer y pelo largo (que en el juego la hay: de las 5 mujeres 3 tienen el pelo largo), pertenecer a ambos grupos no significa una gran penalización; a pesar de que ambos son minoritarios dentro de las mujeres el pelo largo es un grupo mayoritario.
El segundo error es que pertenecer a un grupo muy pequeño tampoco conlleva una penalización proporcionalmente pequeña, porque un jugador inteligente no pregunta al azar. Por ejemplo, Anne es la única persona negra en el juego. Si hubiese incluído el color de la piel como un atributo a considerar, quedaría muy alto en el ranking de exoticidad, pero la realidad es que ese atributo no aporta información útil a la hora de jugar. Si preguntas por el color de la piel es como si estuvieses preguntando directamente si se trata de Anne; así que no estás maximizando el número de descartes con esa pregunta.
Para llegar hasta aquí no hacían falta más conocimientos de los que se adquieren en el bachillerato (calcular probabilidades simples y entender el principio de proporcionalidad entre riesgo/beneficio); pero ahora me parece que vamos a necesitar artillería semipesada (que desgraciadamente tengo algo oxidada).
El área que trata el problema que nos traemos entre manos es la Teoría de la Información. En concreto tenemos que calcular cuál es la entropía conjunta de los atributos que definen cada pesonaje. Cuanto mayor sea la entropía, más difícil será adivinar de qué personaje se trata; y como la entropía se mide en bits (o Shannons) y cada proceso de descarte que hacemos es binario, nos va a indicar exactamente cuantos turnos se tarda en adivinar cada personaje.
Ahora viene la parte chunga. No me acuerdo de cómo se calculaba eso para más de dos variables 😔
Pero tampoco necesitamos calcular la entropía conjunta de todos los atributos directamente, nos basta con utilizar un algoritmo de clasificacíon como ID3, considerando que cada personaje es su propia clase. Como el conjunto de entrenamiento es el mismo que el que queremos clasificar, no tenemos problemas de overfitting; que el algoritmo sea greedy sí que nos puede llevar a una estrategia subóptima en casos degenerados, pero en general es el mismo procedimiento que realizaría un humano. Cuando hayamos ejecutado el algoritmo, la profundidad del árbol de decisión que nos lleva a cada personaje deberá coincidir con el número de turnos (y entropía conjunta) de los atributos que definen al personaje.
Aquí tenéis el árbol de decisión, más o menos bonito. Junto al nombre del personaje está el número de preguntas necesarias para encontrarlo.
Si los ordenamos por número de turnos, por fin tenemos la respuesta a la pregunta sobre qué personajes son mejores y cuáles peores para jugar:
Peter 3
Alex 4
Anne 4
Bill 4
George 4
Robert 4
Susan 4
Alfred 5
Anita 5
Bernard 5
Claire 5
David 5
Frans 5
Herman 5
Joe 5
Maria 5
Max 5
Paul 5
Phillip 5
Richard 5
Sam 5
Tom 5
Charles 6
Eric 6
Peter sigue siendo el más loser del grupo y Charles sigue en cabeza de los que pasan desapercibidos; pero hay algunos cambios significativos. Por ejemplo, Alex baja de la primera posición compartida a ser el segundo por la cola. En cuanto a las chicas, las diferencias que se apreciaban con el estimador naive se han reducido al tener en cuenta la correlación, ya no son significativamente peores que los chicos: el promedio de turnos en averiguar una chica es 4.6, para los chicos 4.78.
1. Realmente no todos guardan la proporción 80/20, como veremos en la siguiente sección, pero es difícil notarlo a simple vista.
2. El tipo de pelo ondulado es otro valor que podría ser cuestionable. Lo dejé en los datos de entrada, pero quizá debería haberlo quitado (y el pelo liso/rizado tendrían una proporción 80/20, así que es posible que esa fuese la intención original). Eso habrá afectado a los resultados, pero ya me da pereza repetir los experimentos; así que lo dejo como ejercicio para el lector.
Si hay algo que me molesta (además de que me peguen una patada en los cojones) es la hipocresía. Y en el tema al que aludo en el título de este post, hay hipocresía a raudales.
Empecemos por la misma palabra "feminismo", cualquier activista (o el diccionario) te dirá que feminismo es la lucha por la igualdad entre el hombre y la mujer. Entonces... ¿Por qué la palabra feminismo (derivada de femenino) tiene una connotación positiva y machismo (derivada de masculino) negativa?
Esa misma persona te dirá que no te lo tomes así, que simplemente es una palabra y que no tiene más repercusión. Exactamente igual que cuando el género morfológico masculino hace las veces de neutro, pero sin embargo hay una cruzada para reformar el lenguaje (en contra del principio básico que rige la evolución lingüística, que es el utilitarismo).
El movimiento "neofeminista" ha alcanzado un extremo tan delirante que llegan a llamar a las cosas por su antónimo y nadie ve nada raro. Me estoy refierendo al lenguaje inclusivo. Cuando en un grupo mixto dices "estamos todos contentos" estás incluyendo tanto a hombres como a mujeres, sin embargo si eso sólo hace referencia a la mitad del grupo y tienes que añadir la redundancia "estamos todos y todas contentos y contentas", el uso de las palabras es exclusivo para cada género.
Pero no sólo se trata de conceptos abstractos y semánticos, también hay ejemplos prácticos de hasta dónde se pueden llegar a distorsionar las cosas bajo la perspectiva de género: Cualquier persona que siga las noticias internacionales habrá tenido la impresión de que en Ciudad Juarez se están masacrando mujeres diariamente. De hecho, si buscas "asesinatos en Ciudad Juarez" los primeros resultados hacen referencia a los feminicidios, pero si te molestas en ver las cifras resulta que sólo el 10% de las personas asesinadas en Ciudad Juarez son mujeres.
Otro tema bastante ofensivo para el sentido crítico son los denominados micromachismos. Para el que no esté familiarizado con el concepto, es básicamente una colección de estereotipos sexistas; cosas que están mal cuando las hacen los hombres, simplemente porque son hombres.
Por ejemplo, si un hombre le explica algo a una mujer, es mansplaining, porque por lo visto todas las mujeres son recipientes del espíritu santo y es imposible que ningún hombre pueda enseñarles algo. Si un hombre ocupa más espacio del necesario en el transporte público, es manspreading; cuando lo hace una mujer supongo que está luchando contra el patriarcado.
Pero todo se torna mucho más oscuro cuando se dinamitan los principios fundamentales en los que se basa la justicia de cualquier país civilizado. La igualdad ante la ley, la presunción de inocencia, que la carga de la prueba la ha de aportar la acusación, el ratio de Blackstone y la independencia del poder judicial son cosas del pasado cuando se trata de complacer a los neofeministas.
Está plagada de referencias explícitas a derechos que tienen las mujeres y los hombres no. Por ejemplo:
1. Todas las mujeres víctimas de violencia de género, con independencia de su origen, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, tienen garantizados los derechos reconocidos en esta Ley.
Una ley justa debería estar redactada de tal modo que su aplicabilidad sea universal y no circunstancial. Si ha de proteger al débil del abuso del fuerte, que no presuma que la mujer es siempre débil y el hombre fuerte (lo cuál, dicho sea de paso, es bastante sexista). Si no, pueden ocurrir cosas estrambóticas como esta.
Y si no fuese suficiente la perversión de las leyes, en la calle la cosa está peor. Cuando la masa tiene hashtags ya no necesita más. En el caso de "La Manada" hemos visto toda una retahila de ellos.
El más destacable seguramente sea el #YoSiTeCreo. ¿Para qué hacen falta los juicios si lo único necesario para condenar a un hombre es la palabra de una mujer?
Otro hashtag digno de mención es #NoEsNo. Parecía un precepto tan evidente que era imposible estar en desacuerdo con él. El problema vino cuando en lugar de un "NO" había un silencio, y luego resultó que el silencio realmente era un "Sí" (en respuesta a la bastante explícita pregunta "¿Te la meto?"). Pues al final el hashtag se quedará en #NoEsNoPeroElSilencioTambienEsNoYSiTambienPuedeSerNo
También resulta interesante lo morbosa que puede llegar a resultar la imaginación de la gente. He llegado a escuchar descripciones bastante vívidas de la agresión sexual antes de que trascendiese ningún detalle del sumario.
Esas elucubraciones normalmente se remataban con un juicio del estilo "¡¿Pero cómo va a gustarle a una chica que se la follen cinco hombres en un portal?!". Después de tantos años de lucha por la liberación sexual de la mujer, ahora resulta que los neofeminstas piensan que la única forma válida de sexualidad es la que a ellos les parece normal (¿misionero?).
Si todo el mundo ve plausible que un hombre pueda estar con cinco mujeres en un portal manteniendo relaciones de forma voluntaria, ¿No es tremendamente sexista descartar a priori que lo mismo pueda suceder si son cinco hombres y una mujer?
No quiero dejar la falsa impresión de que estoy defendiendo a los miembros de "La Manada" (que como mera valoración personal me parece que son gentuza de la peor calaña), pero es que la labor de condenarles recae exclusivamente en el juez. Si no aceptamos eso, si dejamos que sean las turbas las que dicten sentencias, entonces es la ley de la selva y no nos merecemos una justicia que nos proteja.
Tampoco quiero que nadie se quede con la idea de que estoy negando la existencia de brechas de género. Creo que sí existen desigualdades reales y que estaría en beneficio de todos corregirlas. Pero la retórica de que existe una lucha épica entre mujeres oprimidas y crueles hombres que conspiran en secreto sólo está perpetuando viejos estereotipos sexistas (y creando algunos nuevos).
Y por último: mientras haya dinero público de por medio seguirá habiendo desigualdades - y si no las hay se las inventarán, ya que nadie en España va a arreglar el problema que le da de comer.
Recuerdo que cuando era joven escuchaba que según nos vamos haciendo mayores solemos virar a la derecha... «¡Y una mierda, yo nunca voy a cambiar!» pensaba.
Y ahora me encuentro que para los estándares sociales actuales soy una persona bastante conservadora. ¿Qué ha sido de aquel chaval idealista de 18 años? ¿La dura realidad lo ha transformado? ¿Me he acomodado o aburguesado por el camino?
Tras darle vueltas y vueltas al asunto, creo que es posible que aún fuese fiel a mi palabra. El mundo ha ido cambiando, pero yo no. Al menos ahora entiendo la sensación de que pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los cambios son desconcertantes cuando nos hacemos mayores.
El problema es que la velocidad del cambio social no es constante, sino que tiene una aceleración, ya que va de la mano del cambio tecnológico (la imprenta, la radio, la televisión, internet, el smartphone, etc. son las herramientas para la distribución de las ideas). Me voy a permitir robar esta gráfica para ilustrarlo:
La tendencia es clara. Se ha teorizado que esa aceleración hace que la evolución tecnológica tiende a un límite conocido como la singularidad, en el que el todo el progreso es instantáneo. Pues mucho me temo que en el tema cultural, la singularidad es que todos nos volveremos gilipollas, porque habremos cambiado de paradigma social 3 o 4 veces el mismo día.
En los siguientes posts iré desgranando en qué aspectos me he ido quedando anticuado.
Hace un año y medio dejé mi trabajo y me he dedicado a viajar por el mundo. He intentado documentar mis peripecias en Instagram y YouTube, pero no le acabo de pillar el punto. Creo que estoy demasiado mayor, no conecto con los nativos digitales.
Cuando empecé este blog era un chaval de veintipocos años que estudiaba ingenería informática y se divertía contando las chorradas que me ocurrían - o que se me ocurrían. No se puede decir que tuviese muchos "followers", de hecho el término ni siquiera existía como tal por aquel entonces, pero es que algunos ni siquiera estaban suscritos, simpremente volvían para ver si había escrito algo nuevo y participaban en los comentarios de forma ingeniosa - no con un simple "keep up the good work" para ver si te la chupan de vuelta. Los lectores asíduos de mi mierdablog me entregaban algo mucho más valioso que una mierda de "like" y un "follow", me entregaban SU TIEMPO.
Hoy en día nos quejamos de que no tenemos tiempo para nada, pero ¿cuántas veces al día refrescas las redes sociales para ver si hay algo nuevo con lo que dilapidar unos cuantos segundos? Desde que tenemos smartphones nuestras interacciones duran varios segundos, cualquier cosa que requiera más esfuerzo empieza a ser considerada una tarea pesada y se descarta rápidamente en favor de otra tarea que tenga una recompensa más inmediata.
No os estoy contando nada nuevo, todos sabemos cómo funciona el mundo y muchos fruncimos el ceño, pero nunca hacemos nada. Hace un par de semanas decidí pararme por la nueva biblioteca municipal que han abierto cerca de mi casa y me saqué el carné. No es una biblioteca enorme y muchas de las estanterías están algo despobladas, así que después de un par de vueltas me decidí por tomar prestado un libro que nunca había leído: Fahrenheit 451. Al día siguiente ya lo había terminado. Me conmovió tremendamente, porque me crié rodeado de libros y hacía muchísimo que no leía ninguno.
Aunque los libros no se quemen, en este mundo leer es un acto igualmente subversivo. Que te jodan, TL;DR.
Si has llegado hasta aquí: bienvenido a la resistencia.