Hoy he tenido un despertar bastante anodino de la siesta. Estaba durmiendo plácidamente a las siete de la tarde, cuando un ruido de sirena turbó mi sueño. Ya puestos, podía haberme turbado de más, pero no, sólo lo justo para joderme y despertarme.
Mientras el sonido de la sirena se iba haciendo cada vez más grave por el efecto doppler, un nuevo ruido llenó el ambiente. Las hélices de un helicóptero. Parecía que el mundo estaba confabulado para impedir que pudiese tener un poco de descanso después del examen del día. Me levanto en gayumbos y bajo a ver qué pasa. Puedo ver desde el salón que hay bastante gente fuera, en el cerro, así que me voy a vestir.
Salgo al patio y echo un vistazo... hay unos tres helicópteros sobrevolando la zona, y una columna de humo se levanta a medio kilómetro aproximadamente. Cojo los primsmáticos y me voy al cerro a ver el espectáculo. Llegan un par de helicópteros más y pasa algún camión de bomberos. Enfoco y hay una parte considerable del bosquecillo que hay cerca de mi casa humeante. Algunos de los helicópteros de extinción de incendios descargan el agua sobre la zona calcinada.
La escena es bastante interesante, así que vuelvo a mi casa a por una cámara fotográfica, pero no hay ningún carrete a mano. Una lástima. El lunes haré algunas fotos.
Por la noche salimos a cenar fuera, al restaurante chino de la esquina (como diría Cañita Brava) y cuando bajamos del coche una patrulla de policía está interrogando a un grupillo de mocosos de esos que van con las motos molestando a la gente. No quiero adelantar nada, pero la forma de divertirse de la juventud de ahora posiblemente contemple la piromanía incendiaria... como no dejan hacer botellón.
Ya colgaré las fotos cuando las revele, por suerte la zona del parque botánico ha quedado intacta.
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