sábado, agosto 14, 2004

Sociología de todo a 1€

Después de alternar batallitas, berrinches y actos reivindicativos, vamos a abrir una sesión reflexiva y cultural. El tema surgió cuando le enseñé este weblog al microchó (un compi de la e.p.s.). Mi compañero me preguntó si no me había percatado de la posible relación existente entre el auge del fenómeno blogger y la recesión del fenómeno religioso.

Mi colega sugería que la figura del confesor se había visto reemplazada por la de los miles de lectores potenciales que pueden echarle un ojo a las miserias de uno y dar su opinión. Otras tendencias indican que ha sido el psicólogo el que ha sustituido al sacerdote en estos menesteres. Personalmente yo escribo para hinchar mi ego. Había oido que todos los tontos tienen ahora su propio weblog, así que yo no podía ser menos.

Otro tema que surgió en la conversación inicial fue el efecto que tienen las masas en la psique humana. No nos referíamos a la ley de la gravitación universal, que seguro que algún efecto tiene, sino a los resortes psicológicos que se activan cuando nos encontramos bien apiñaditos, rodeados de más gente, impulsándonos a olvidar cualquier vestigio de pensamiento racional que pudiese asomar por nuestra mente.

Está bastante claro que no es lo mismo ir a la guerra solo que acompañado. Nadie cogería el fusil, se pondría a gritar y saldría a que lo matasen si hubiese compañeros haciendo lo mismo. ¿Por qué? pues porque cuanta más gente haya, menos balas tocan por cabeza. Sin embargo, hay otras situaciones en las que también ocurre, y sin ningún sentido. El caso que nos ocupaba era que uno se siente más a gusto cuando hay más gente que suspende un examen que uno ha cateado. En las discotecas pasa algo parecido. Un sitio es una mierda si no está petado de gente, pero luego uno se molesta cuando le invaden el territorio... ¿no será mejor que el sitio esté menos cargadito y así hay más espacio para uno? pues no, nos gustan los sitios a reventar.

En otra conversación con otro colega (el sufridor del aquaplaning), le estaba comentando lo anterior y sacó un par de ejemplos más en los que la conducta social se impone sobre el pensamiento racional: el consumo de alcohol y tabaco (y otras drogas en general). ¿Qué es lo que motiva a la gente para beber y fumar?

Primero vamos a lo del alcohol, que es de lo que entiendo yo. A nadie le gusta su primera experiencia con las bebidas alcohólicas... un líquido que hace daño en la boca y garganta cuando lo ingieres, que no sabe especialmente bien y que tiene efectos bastante perjudiciales para el equilibrio y la vista además de producir las maravillosas resacas. Pues vaya, así no suena tan bien, creo que hasta voy a dejar de beber. Aún así, beber tiene dos ventajas: la primera es que ir borracho es la excusa perfecta para hacer lo que te de la gana, aunque te puedes llevar un buen guantazo... y ahí es donde entra la segunda ventaja, que si te meten un guantazo, lo más seguro es que ni te enteres; el alcohol es un gran anestéstico. Y la tercera y la cuarta de regalo: si llevas una botella de licor encima siempre la puedes usar como desinfectante y como acelerante para una comustión. Sin duda la peor parte de beber es el ajuste del Algoritmo de Justerini & Brooks.

Lo del tabaco sí que no lo entiendo. Será porque no fumo. Pero es que ahí no veo ninguna de las cuatro ventajas anteriores... sólo desventajas: amarillea los dientes, da mal aliento, quita el apetito (algún demete podrá decir que esto es una ventaja), merma la capacidad pulmonar, es muy cancerígeno y encima cuesta un pastón.

Resumiendo los dos párrafos anteriores, si bebemos y fumamos es porque vemos que la gente que hay alrededor lo hace. ¡Así que a ver si seguimos el ejemplo y la gente se anima a dejar comentarios!... y si te pones gamba ¡te cierro el local!


Cita del día:
Cuanto más gordo estás, más atraes a las mujeres.
Newton.

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